Si hasta ahora el informe PISA era conocido por poner nota a las competencias de los estudiantes y por su capacidad para establecer clasificaciones en función del dominio de los escolares en matemáticas, ciencias o comprensión lectora -territorios académicos, sobre todo los dos últimos, donde Galicia sale muy bien parada, al ocupar el tercer y cuarto puesto de las mejores del Estado-, la macroencuesta de la OCDE mide por primera vez, en su edición de 2015, el "bienestar" del más de medio millón de estudiantes que realizan la prueba en 72 países y el resultado en algunos aspectos, como el acoso escolar, vuelve a situar a Galicia en el podio del Estado, pero para mal. Porque es la segunda comunidad con un mayor porcentaje de adolescentes que aseguran ser víctimas de algún tipo de hostigamiento, sobre todo psicológico más que físico, por parte de sus compañeros varias veces al mes. Así lo confiesa el 17,8% de los escolares gallegos, casi uno de cada cinco, solo superados una décima por los canarios y casi 4 puntos más que la media estatal (14%, de los que un 6% afirma sufrir bullying de forma frecuente).

Por el contrario, los extremeños viven en un entorno más apacible, ya que menos de uno de cada diez se quejan de abusos reiterados en los institutos. Porque si la cifra gallega es alta al analizar cualquier tipo de acoso en general, la situación de liderazgo de la comunidad se repite cuando se examinan ciertos tipos de comportamientos abusivos por separado. El 6,4% de los escolares afirma que otros alumnos les "marginaron a propósito", el porcentaje más alto de las autonomías. También tiene Galicia el porcentaje más destacado de quienes declaran que fueron "amenazados" por otros alumnos (2,9%) o de los que afirman que sus compañeros propagaron rumores "desagradables" sobre ellos (el 9,2%).

Además, los alumnos gallegos son los segundos que más declaran ser objeto de burlas (el 8,8%, otra vez por detrás de los canarios, que tienen dos puntos más) y se quejan de que otros chicos roban o "destrozan" sus pertenencias (4,5%, tres décimas por debajo de los canarios de nuevo). La situación a veces se pone más seria y un 3% dice que fue "golpeado" o "empujado" (igual que Canarias, pero menos que en La Rioja, Andalucía y Comunidad Valenciana o la OCDE, con un 4,2%).

Preguntada respecto al elevado porcentaje de alumnos que manifiestan sufrir acoso, la Consellería de Educación recuerda que "PISA es un estudio que se hace sobre una pequeña muestra de alumnado". En cambio, alegan, la Xunta realizó en 2015 un "macrocuestionario" para testar la convivencia en los centros en el que participaron casi 200.000 personas y que ofreció, aseguran, "un diagnóstico muy exhaustivo" de la situación y del que se concluye que "cerca del 85% de las familias declaran que sus hijos no han padecido ninguna conducta contraria a la convivencia". De hecho, añaden, las familias sitúan el acoso como la octava de las conductas contrarias a la convivencia y "solo un 1,3%" de ellas "tiene la percepción de que su hijo fue objeto de alguna situación de acoso en algún momento de su trayectoria escolar", mientras los alumnos lo ubicaron, dicen, a la cola de la lista. Incluso en el informe de PISA Galicia estaría por debajo de la media de la OCDE (19%) en acoso escolar varias veces al mes.

En El bienestar de los estudiantes se analiza también por vez primera en PISA la motivación de los jóvenes para tener un buen desempeño escolar, sus relaciones con sus compañeros y maestros, su vida en casa y cómo pasan su tiempo fuera de las aulas. Dentro de la motivación y las expectativas, los resultados revelan que los chicos gallegos están a la cola en ambición. Solo el 47,2% se ve como una persona "ambiciosa" (tras los andaluces, cuando la media de la OCDE es del 71% y en España del 53%) y un 46,2%, la cifra más baja, aspira a ser "uno de los mejores" alumnos de clase, frente al 63%% de los catalanes. Un poco más, el 52,5%, pero no lo suficiente para salir de la cola, proclama que quiere "ser el mejor, haga lo que haga". Asimismo un 51,2% espera tener un título universitario (los catalanes el 57,4%, el valor más alto). Por el contrario, un 94,4% quiere "poder elegir entre las mejores oportunidades disponibles" cuando se titule (el tercer porcentaje más alto del país) y un 79,2% (también tercer puesto), desea "sacar las notas más altas en todas o en casi todas las asignaturas".

El porcentaje de gallegos que se tensa al estudiar es el menor del país (39% frente al 48% general).