La última semana de mayo los docentes y directivos de los centros educativos gallegos andarán bastante apurados, porque entre el día 23 y el 31 tendrán que afrontar hasta tres evaluaciones de la Lomce, las conocidas como reválidas. El 23 y 24 coincidirán las pruebas de 6º de Primaria, que se celebrarán por segundo año, y las de 4º de la ESO, que se estrenarán. En ambos casos serán muestrales, es decir, la Consellería de Educación ha escogido centros que considera representativos con criterios "técnicos", como se hace con PISA, dice, y en total los elegidos, a los que se les trasladó ayer la noticia, son en torno a 125 colegios de Primaria y a 70 institutos, el 15% en cada una de las dos categorías. Los habrá públicos y privados, rurales y urbanos y de diferente tamaño, señala la Xunta, para que los resultados puedan extrapolarse. Una semana después, del 30 al 31 de mayo, recogen el testigo los alumnos de 3º de Primaria, donde la prueba está más consolidada ya que llega a las aulas por tercer año consecutivo.

La diferencia es que para estos escolares, de entre 8 y 9 años, no habrá excepciones: todos tendrán que pasar la evaluación, más de 23.000 niños. En su caso la prueba tendrá carácter censal, como ocurría hasta ahora, según explican desde la Consellería de Educación. En cambio en 6º el criterio ha cambiado por tratarse, al igual que ocurre con las pruebas de 4º de la ESO, de una evaluación de final de etapa y estar condicionadas ambas, junto a la de Bachillerato, que luego evolucionó a la nueva selectividad, a los cambios que el Gobierno asumió en la aplicación de la Lomce con vistas a alcanzar un pacto educativo.

En noviembre las comunidades y el Ejecutivo central acordaron dejar sin efectos académicos estas pruebas (la de la ESO ya no se necesita para obtener el título) y fijó su carácter muestral y de "diagnóstico", una demanda gallega. La de 3º no entró en esta negociación, por lo que sigue como estaba. Lo que tienen en común todos estos exámenes -sobre los que se dictarán instrucciones sobre las preguntas o la duración más adelante, tras la orden ministerial que las regule- es que sus resultados "no repercuten en ningún caso en las calificaciones obtenidas por los alumnos en el curso escolar ni cuentan para el expediente académico", asegura Educación.

Estarán adaptadas a la edad de los niños y Educación facilitará a los centros "el apoyo necesario", como los cuadernos en papel para la evaluación y los cuestionarios de contexto. Las pruebas las prepararán profesores de la misma etapa y de forma "preferente" las corregirán funcionarios docentes externos al centro. En 3º serán profesores del centro que no den clases en las materias relacionadas con las competencias examinadas.

Pese a que la de 3º, según Educación, es casi "la misma" prueba de diagnóstico que la que se hacía en 4º desde el año 2009 y que su afán, como el resto de las pruebas, es ofrecer a las autoridades información complementaria para diseñar acciones específicas "hacia una enseñanza de mejor calidad", desde que se implantaron estos exámenes suscitaron el rechazo de parte de la comunidad educativa. El año pasado, cuando se estrenó la de 6º de Primaria, la Plataforma en Defensa do Ensino Público hizo un llamamiento a las familias de los pequeños para boicotear las reválidas como medida de protesta contra la Lomce y a las pruebas, según la Xunta, no acudieron el 40% de los estudiantes convocados.