Al sufrir un ictus, se pierden conexiones neuronales que, en un elevado porcentaje de casos, es posible recuperar. De ahí la necesidad de iniciar, cuanto antes, la rehabilitación de los pacientes, un proceso en el que la robótica puede ser una "gran aliada", tal y como destacó ayer el ingeniero Carlos Fernández, durante la I Jornada gallega sobre daño cerebral adquirido, Capaces de todo, que se celebró en la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña. "La rehabilitación robótica se va a convertir en un elemento imprescindible en unos tres años", reiteró Fernández, cuestionado sobre la utilización de exoesqueletos o robots vestibles en pacientes con daño cerebral adquirido.

El presidente de la Asociación Davintsi para la promoción de empresas tecnológicas con impacto social y director de Gogoa Mobility Robots, con sede en Guipúzcoa, advirtió, no obstante, de que la aplicación de la rehabilitación robótica se demorará "unos tres años" en la sanidad española, "más por decisiones políticas que porque la tecnología no pueda estar disponible, pues ya está lista". En estos momentos, explicó, sólo se ha implementado en seis centros. "Todavía es muy incipiente su penetración en el mercado español pese a que, en el campo de la robótica aplicada a la salud, España está en el top mundial y es el segundo país del mundo en capacidad de desarrollo de robótica, tras Japón", apuntó Fernández. "Sin embargo, en el país asiático ya hay un millar de centros con exoesqueltos para la rehabilitación de pacientes", precisó.