Cuando nuestro médico nos indica la necesidad de hacerlo solemos ponernos un poco nerviosos porque nos preocupa que "pueda encontrar algo". Esa actitud es inadecuada; debemos confiar en su criterio y comprender que se trata, simplemente, de una prueba interesante para controlar ciertos parámetros que inciden en el proceso concreto que estés padeciendo. Normalmente no se hacen analíticas preventivas generales, reservándose para casos especiales como el control del colesterol, los triglicéridos o la glucosa en pacientes específicos, en el embarazo, en dietas de reducción de peso, etc.

El estudio básico incluye hemograma y bioquímica. Cada uno de los datos analizados tiene un sentido para el especialista y deben ser estudiados de forma global y no, únicamente, asustándonos porque "el asterisco se sale fuera de los paréntesis." De manera general:

-Un incremento de los glóbulos rojos suele relacionarse con la falta de oxígeno a nivel de los tejidos, como ocurre con los fumadores; un número bajo indica anemia, déficit nutricional, leucemias, hemorragias, etc.

La hemoglobina baja podría relacionarse con anemia, embarazo e insuficiencia cardíaca.

Un hematocrito elevado indicaría una cardiopatía, una enfermedad pulmonar crónica o deshidratación. Se reduce en el embarazo, hemorragias, hipertiroidismo, alteraciones medulares o desnutrición.

-Un alto número de leucocitos implicaría la posibilidad de una infección bacteriana, leucemia, embarazo, apendicitis, estrés, enfermedades inflamatorias o quemaduras; su reducción se asociaría con hepatitis, infecciones víricas, artritis, enfermedades autoinmunes, afectaciones medulares que inducen una disminución en su producción, etc.

Los linfocitos aumentarían en infecciones víricas y bacterianas, leucemias, hepatitis o mononucleosis; disminuiría en otro tipo de leucemias, inmunodeficiencias, tratamiento con corticoides, tuberculosis o fases graves de sepsis.

Los neutrófilos aumentados indicarían infección bacteriana, estrés, enfermedad inflamatoria crónica, leucemias, traumatismos o tumores; su reducción se debe a infecciones virales, consumo de medicamentos, aplasia medular, desnutrición o afectación medular por quimioterapia o radioterapia.

Los basófilos se reducirían en reacciones alérgicas agudas; el aumento se debería a infecciones víricas.

Los eosinófilos aumentarían en problemas alérgicos, leucemias, linfomas, enfermedades relacionadas con el colágeno; se reducirían por consumo de corticoides o en procesos infecciosos agudos.

-Las plaquetas aumentarían en personas tratadas con corticoides, tras una cirugía, en enfermedades reumatológicas, en infecciones, leucemias, tumores, etc. Se reducirían en casos de púrpura trombocitopénica, aplasia medular, anemia hemolítica, leucemia aguda, en tratamientos de quimioterapia o radioterapia y por transfusión masiva.

-Colesterol y triglicéridos conforman la fracción grasa y su incremento, en general, se relacionaría con la genética, la dieta con exceso de grasa, el alcohol o el tabaco. Se reducirían en dietas sin grasa (vegetarianos) o en desnutrición (anorexia).

-La urea aumentaría cuando el riñón se encuentre afectado, en insuficiencia cardiaca, deshidratación, consumo excesivo de proteínas, etc. Se reduciría en embarazo, desnutrición, fallo hepático, etc.

-El ácido úrico aparece reducido en los vegetarianos. Su incremento puede deberse a tumores, gota, diabetes, alcoholismo, dietas con exceso de proteínas (embutidos, carnes rojas, etc.)

-La glucosa aparecería alta en diabetes, hipertiroidismo, estrés, consumo de corticoides, etc. Se reduciría en diabéticos por exceso de tratamiento con insulina, en momentos de hambre o exceso de ejercicio.

-La creatinina se incrementaría en problemas renales o cardíacos, obstrucción urinaria o deshidratación. Se reduciría en desnutrición, ancianos o distrofia muscular.

-La bilirrubina puede verse aumentada en procesos hepáticos (cirrosis, hepatitis) o de las vías biliares, en anemias por rotura de hematíes, etc.

-Las transaminasas altas permiten detectar enfermedades hepáticas, pancreatitis, infarto agudo de miocardio, efectos de ciertos medicamentos, etc.

Los datos de nuestra analítica se comparan con valores de referencia obtenidos en la misma prueba aplicada a varias personas sanas, por lo que son orientativos y no debemos obsesionarnos cuando se separan de la media. El diagnóstico concreto requiere la concurrencia de varios factores y normalmente de la alteración de más de uno de los resultados del análisis. Debe ser valorado por el especialista, pues para diagnosticar un proceso patológico, es necesario considerar todos los parámetros y relacionarlos entre sí. Nuestro médico es el único que debe explicarnos los resultados y los pasos a seguir: la necesidad de realizar alguna prueba complementaria, la repetición del análisis en un momento posterior o lo que considere oportuno.

Es recomendable realizar conjuntamente análisis de sangre y orina para comparar los valores obtenidos y aumentar su efectividad diagnóstica.