Una mujer embarazada y el bebé que esperaba fallecieron en el hospital de Melilla, unos hechos que el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) puso en conocimiento de los juzgados al no haberse podido determinar la causa de la muerte.

Fuentes sanitarias informaron de que la mujer llegó el viernes a Urgencias con "algún problema de salud", pero no porque estuviera de parto, y fue trasladada a un quirófano, donde debido a su estado le fue practicada una cesárea para intentar salvar al bebé, aunque ambos murieron sin que se pudiera certificar la causa. El Ingesa, en un comunicado, explicó que la muerte fue notificada al Juzgado de Guardia "para que procediera al levantamiento del cadáver y acordara la práctica de la autopsia médico-legal".

La gerencia de este organismo en Melilla avisó al juzgado "nada más conocerse el fallecimiento tras ingresar la paciente en Urgencias, no teniendo constancia de las causas inmediatas determinantes de la muerte y, consiguientemente, no pudiendo expedir los facultativos el certificado de defunción".