El Partido Popular reconoce que se equivocó al permitir que se arrinconara la asignatura de Filosofía en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) -sólo obligatoria en 1º de Bachillerato- y apuesta ahora por introducir esta materia tanto en la educación obligatoria como en Bachillerato. De este modo lo aseguró ayer la portavoz de Educación en el Congreso de los Diputados, Sandra Moneo, en un encuentro con periodistas, quien señaló algunas de las aportaciones que su grupo parlamentario quiere hacer de cara al Pacto Social y Político por la Educación, que pasan por la recuperación de la enseñanza de Filosofía.

"Creemos que en este mundo, cada vez más tecnológico, es importante la formación humanística, con un replanteamiento de la Filosofía. Tenemos que entonar el mea culpa en este sentido", indicó la portavoz sobre la ordenación académica que su formación quiere modificar de cara a un futuro pacto. "Entendemos que tiene que tener presencia lógicamente en el Bachillerato, pero también en la enseñanza obligatoria", aseveró Moneo, que indicó también que el PP va a consultar con los expertos cómo materializar este compromiso en las distintas etapas, es decir, si tiene que ser a través de una asignatura de Ética en Secundaria o de Filosofía e insistió en que "tiene que estar en la enseñanza obligatoria".

Moneo también señaló que la ordenación académica de la Lomce, con asignaturas troncales, optativas y de libre configuración, no ha servido para "vertebrar" el sistema. Si bien señala que el Estado tiene las competencias "perfectamente definidas" y respeta las competencias autonómicas, la última ley educativa deja un amplio margen a las comunidades autónomas en cuanto a la configuración de las asignaturas. "Habría que replantearse si seguimos con la misma estructura", señaló la portavoz.

Por su parte, el presidente de la Red Española de Filosofía, Antonio Campillo, defiende la introducción de Filosofía para niños en Educación Primaria para que los escolares desde los cinco años "aprendan a escuchar a los otros y ejercitar el pensamiento en sus distintas dimensiones"."No se trata de hablarles a los niños de Aristóteles ni de dar clases magistrales, sino que es una metodología muy activa a través de la cual se enseña a los niños a pensar, a expresarse en público, a hacerse preguntas", señaló.