Una quinta parte de los universitarios que se doctoran en la comunidad gallega superan los 45 años. De las 820 tesis aprobadas durante el curso 2015 -último del que existen datos-, 170 tenían como autor a alguien que rebasaba esa edad (el 20,7%), una tasa que sitúa a Galicia por debajo de la media estatal (22,2%) y como la séptima comunidad en la que los estudiantes terminan antes la tesis, según los datos que acaba de publicar el Ministerio de Educación. Por universidades, son los matriculados en la de A Coruña quienes más demoran el finalizar su tesis y doctorarse: un 26,3% lo hace más allá de los 45 años, frente 21,3% que supera esa edad en Vigo y el 16,25% de Santiago.

La tesis doctoral consiste en un trabajo original sobre una temática en la que el autor invierte varios años -entre tres y cinco- formándose e investigando sobre este asunto. Para realizarla y conseguir el título de doctor es obligatorio tener una carrera universitaria. Por ello, si el alumno aprueba curso por año, lo habitual es no doctorarse hasta entrar en la treintena (a los cuatro años de grado habría que sumar otro de máster y otros cinco de doctorado). La estadística revela que esta es la tónica habitual. Seis de cada diez gallegos finaliza sus tesis doctoral entre los 30 y los 44 años. Eso sí, también hay quienes destacan por su precocidad y se convierten en doctores antes de cumplir los treinta: casi un centenar en el año 2015, lo que supone el 11,7% del total. Santiago es la universidad gallega en la que más estudiantes logra sacar la tesis antes de esta edad (50, el 15,6% del total), seguida de Vigo (31, un 11,2%) y A Coruña (15, el 6,6%).

Pero los datos del Ministerio de Educación revelan que quienes dejan para más adelante el finalizar su tesis no son casos aislados. En toda España, más de 3.270 doctores que obtuvieron el título en 2015 tenían más de 45 años y 825 superaban ya los 55. Se trata en muchos casos de personas que dejaron aparcado su trabajo de investigación por cuestiones personales o profesionales y que deciden retomarlo con el paso del tiempo. En el caso de Galicia fueron 170 en el último año analizado (40 superaban incluso los 55 años). De ellos, un tercio (59) presentó sus tesis en la Universidade da Coruña: 36 una vez que habían cumplido el medio siglo de vida. Otros 59 se titularon en la Universidade de Vigo, 31 mayores de 50 años, mientras que Santiago registró la menor cifra: 42, de los que 36 ya habían cumplido los cincuenta.

Pero la situación de Galicia no es aislada. En diez autonomías la tasa de quienes aguardan más allá de los 45 años para finalizar la tesis es mayor que en la comunidad gallega. El peor dato lo registra La Rioja, donde un tercio de los universitarios retrasa hasta esa edad el doctorarse, le siguen Canarias (con una tasa del 27,7%) y Castilla y León (27,2%). En el lado opuesto, como las autonomías con menor porcentaje de tesis leídas por mayores de 45 años se sitúa Navarra, donde solo el 11% rebasa esa edad.

Si el análisis se realiza de quienes logran doctorarse antes de cumplir los 30, Navarra y País vasco son las comunidades que registran mejores datos: con una tasa del 25 y el 23%, respectivamente. Le siguen Cantabria (20,3%) y Aragón (18%). Al final de la clasificación se encuentra La Rioja (7,2%) y Canarias (8,1%).

La estadística del Ministerio revela que las mujeres son mayoría al optar por doctorarse (el 52% en Galicia) y más aplicadas o al menos logran finalizar la tesis antes. Hay el doble de mujeres (63) que hombres (33) que se doctora antes de los 30 y ellas son siempre mayoría en todas las franjas de edad salvo al superar los 45 años. A partir de ahí siempre hay más hombres matriculados en una universidad gallega que sacan la tesis que mujeres: 37 varones de 45 a 50 años, por solo 30 mujeres; 44 frente a 19 que tienen entre 50 y 55 y 25 hombres por 15 mujeres que superan esa edad.