Miembros y familiares de la Asociación de Padres de Personas con Discapacidad Intelectual (Aspas) recorrieron ayer el último tramo del Camino de Santiago para terminar una andanza en la que reivindicaron las capacidades de todas las personas con diversidad funcional.

A la compostelana Praza do Obradoiro llegaron cerca de doscientas personas que emprendieron la marcha desde San Marcos, un recorrido que tardaron un par de horas en cubrir y en el que han tenido que sufrir incluso incidencias climáticas al ser sorprendidos por una fuerte tormenta.

Pese a ello, y tras ir sumando por el Camino más integrantes al pelotón en puntos estratégicos de la entrada de la ruta jacobea en la capital gallega como el barrio de San Lázaro o la entrada de la Puerta del Camino, han conseguido llegar a su destino, donde los esperaban representantes de todos los grupos de la corporación municipal. Allí se celebró un acto conmemorativo.