La Consellería de Educación extenderá a 109 comedores las exigencias de mejora de calidad de los menús escolares, introducidas en la última licitación de estos servicios realizada en febrero de 2016, añadiendo una carta cerrada de platos en los que las verduras no ganan peso, como solicitó Sanidade tras comprobar su escasa presencia en la dieta servida en los centros.

El nuevo catálogo de platos, que las empresas adjudicatarias tendrán que emplear obligatoriamente a partir de la elección de 10, 15 o 20 menús fijos, establece un mínimo de tres raciones de verduras y hortalizas a la semana, cantidad que Sanidade recomienda elevar a al menos cinco. Tras la última revisión de la planificación de las comidas que se sirven en los comedores escolares, realizada anualmente desde 2014, el Sergas pidió cambios en los menús al comprobar que se quedan cortos en frutas y verduras mientras abusan de platos fritos y rebozados.

La nueva carta, cuya elaboración, según indican desde Educación, no está motivada por esta petición del Sergas, fija un mínimo de tres raciones semanales de frutos del huerto y no las cinco que aconseja la Dirección Xeral de Saúde Pública en su guía para programar menús escolares. Sin embargo, desde el departamento dirigido por Román Rodríguez señalan que la nueva lista de platos, en los que se diferencian menús según la temporada (otoño-invierno o primavera-verano, adopta las sugerencias de este documento y que, además, ha sido analizada y aprobada por Sanidade.

Para el resto de elementos de la rueda alimentaria, Educación establece un mínimo semanal de dos raciones de arroz y pasta, dos de pescado y otras tantas de carne, cuatro piezas de fruta, una de legumbres y otra de sobremesas lácteas. Según la evaluación realizada por el Sergas que tomó como muestra la oferta nutricional de 273 centros educativos con comedor (172 públicos y 101 privados), las raciones medias semanales están por debajo de lo sugerido en casi todos los alimentos analizados, excepto en carne, fritos, rebozados o lácteos, que se servirían en demasía, y en precocinados, legumbres o patatas, presentes en cantidades más ajustadas a las recomendadas.

En cuanto a los criterios de adjudicación, para la que la Xunta prevé un desembolso de 8.175.694 euros, Educación reduce el peso porcentual de la oferta económica, que pasa de los 50 puntos sobre 85 de la anterior convocatoria a 45 puntos sobre 100. Esta modificación responde, según la Consellería, a la introducción de nuevos baremos de puntuación "que persiguen una mayor calidad del servicio". En ese sentido, la Xunta destaca que valorará con hasta 20 puntos la calidad y variedad de los menús y con un máximo de cinco el empleo de productos lácteos de origen gallego, una práctica que, sin embargo, en la anterior licitación suponía el doble de puntuación. Además, desaparece como criterio puntuable la oferta de menús que reduzcan el número de platos fritos, disminución que solicitó el Sergas tras advertir que los colegios sirven el doble de raciones recomendadas para este tipo de preparación.

Por otra parte, las empresas adjudicatarias deberán acreditar, cuando no empleen las propias cocinas del centro, que "las instalaciones estén a menos de 200 kilómetros del colegio señalado como referente en cada lote", requisito ya existente en la última licitación. También estarán obligados a surtir a los colegios de los materiales precisos para el idóneo servicio de comedor.