Ampliar el número de plazas en las facultades de Enfermería y la tasa de reposición tras la jubilaciones son las claves que dan desde el Colegio Oficial de Enfermería de A Coruña para paliar el déficit de profesionales que desde hace años sufre la comunidad gallega. "En Galicia hay ocho facultades y cada año pueden entrar 830 alumnos en primer curso, sin embargo, la demanda siempre es mayor y cientos de estudiantes tienen que ir a otro sitio o estudiar otra carrera. Una solución sería ampliar las plazas ofertadas, pero para eso se precisa que al salir estos graduados vayan a tener trabajo", explica el presidente del colegio coruñés, Sergio Quintairos, quien resalta: "Hay que aumentar la tasa de reposición para cubrir las vacantes porque cada vez hay más tareas en los centros de salud, debido al envejecimiento de la población, que corresponderían a los enfermeros".

Quintairos asegura desconocer exactamente las causas que llevan a este déficit histórico de enfermeros, - "que es generalizado en toda España", sostiene- respecto a otros países europeos, pero cree que la difícil situación del mercado laboral no ayuda a sumar colegiados. "Hay muchos graduados en Enfermería que no trabajan, no están colegiados y por ello no computan", indica Quintairos, quien en el caso concreto de las matronas cree que la falta de profesionales se debe a que "durante años no se formaba aquí de esta especialidad".

A la precariedad laboral que sufre el colectivo -contratos por semanas, incluso días- se suma el tener asignadas menos tareas que en otros países. "Esta misma mañana, por ejemplo, unos 2.000 médicos habrán realizado en su consulta una ecografía simple, un electro, cuando son tareas que en otros países ya realiza el personal de enfermería", indica Quintairos, quien añade: "El médico debe diagnosticar, recetar y curar a un paciente pero para que ellos puedan hacer ese trabajo, los enfermeros deben encargarse de los cuidados del estado de salud de los pacientes", indica el presidente de los enfermeros coruñeses, quien asegura que no se trata de quitar competencias sino de distribuirlas para que cada sanitario se encargue de su parcela. "Hay que evolucionar. Hace 60 años sólo el médico te podía mirar la tensión, después fue el enfermero y ahora se puede tener este aparato hasta en casa", sostiene.

Y pone otro ejemplo de cómo la función de los enfermeros está más limitada en España que en otros países. "En una residencia de ancianos, casi el 100% de las prestaciones que se hacen son para el cuidado los mayores, algo que corresponde a los enfermeros, no a los médicos", indica Quintairos, quien resalta la excelente formación que reciben en España tanto médicos como enfermeros y que hacen que el sistema nacional de salud esté a la cabeza a nivel mundial.