La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó ayer que la muerte de 15 niños sursudaneses a principios de mayo fue causada por la administración de una vacuna contaminada en una campaña de inmunización contra el sarampión llevada a cabo por equipos locales.

Los primeros informes de este suceso llegaron a la agencia sanitaria de la ONU el pasado 8 de mayo y, siguiendo el protocolo, se puso en marcha una investigación con expertos independientes. Las autoridades sanitarias probaron que el equipo que vacunó a los niños "no estaba cualificado para llevar a cabo campañas de inmunización" dado que "una jeringuilla se utilizó en múltiples frascos durante cuatro días en vez de ser descartada después del primer uso", detalló el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic. La reutilización de la jeringuilla provocó que esta se contaminara, lo que, a su vez, infectó los viales de la vacuna. Quince niños murieron a causa de una sepsis severa. Además, el personal rompió la cadena de frío, lo que afecta a la calidad del fármaco.