La mesa sectorial de educación concluyó ayer sin abordar el calendario escolar para el próximo curso, debido a un desencuentro y diferencias de interpretación entre varias organizaciones sindicales y la Xunta sobre el funcionamiento de este órgano. Este desencuentro se produjo por diferencias de interpretación de un supuesto acuerdo entre las organizaciones y la administración en pasadas mesas sectoriales para establecer una hora de término de estas reuniones, que se habría fijado para las 14.30 horas.

Cuando ya pasaba de este tope horario, varios portavoces sindicales trasladaron sus quejas por la falta de tiempo para abordar los temas en la presente mesa sectorial, apelando a ese supuesto acuerdo para fijar una hora de finalización al que se habría llegado en la penúltima reunión celebrada. Sin embargo, desde la CIG-Ensino negaron la existencia del mencionado acuerdo, o al menos afirmaron "desconocer" que se había consensuado una hora fija para todas las mesas sectoriales. Esta falta de entendimiento sobre el funcionamiento de la mesa, además de la negativa de la Administración para tratar el calendario escolar en una nueva reunión, como reclamaban los portavoces sindicales, derivó en que los representantes docentes se marchasen de la mesa, quedando sin tratar el punto del calendario escolar.

Paula Carreiro, de FETE-UGT, defendió que "el acuerdo era terminar a esa hora" y que el desarrollo de la propia mesa impedía llevar a cabo un debate "productivo", dado que debido al orden del día se extendería "hasta las siete de la tarde", con los portavoces "sin comer" y con el cansancio acumulado de horas de debate. José Fuentes, por parte de CCOO Ensino, coincidió con ella y criticó que el encuentro "empezó tarde" y que la falta de un reglamento "sobre limitación de tiempo" da libertad a cada organización para explayarse en sus intervenciones, lo que lleva a que estas reuniones se extiendan durante muchas horas. Ante esta situación, añade Carreiro, se propuso "poner una hora tope" definiendo los tiempos "en función de la representatividad" y evitar "salir de allí a las siete de la tarde sin comer", un postulado que la CIG rechazó. Las organizaciones pidieron convocar una nueva reunión para abordar el calendario escolar. La Xunta, por su parte, decidió continuar con la celebración de la mesa, que dio por concluida sin tratar todo el orden del día y resaltó que la opinión de la mesa no es vinculante.