El Seat 600 cumple este martes el 60 aniversario de su lanzamiento en España como símbolo del desarrollismo y pilar de la motorización de un país en el que, hasta entonces, el automóvil solo estaba al alcance de los más ricos.

Fue el 27 de junio de 1957 cuando la empresa automovilística española inició la venta del que sería popular "seiscientos" a un precio de 73.500 pesetas (unos 442 euros actuales), una pequeña fortuna para las familias de entonces, aunque suponía casi la mitad de lo que costaba el 1400, un turismo de tipo medio-alto de la propia Seat.

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El modelo 600 tuvo un impacto trascendental para la marca, y de sus distintas versiones se fabricaron, durante dieciséis años, más de 790.000 unidades en las líneas de montaje de las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona.

El último de ellos se produjo el 3 de agosto de 1973, cuando el 600 ya formaba parte de la historia de España, a cuyo cambio social y de hábitos contribuyó de forma decisiva.

Hoy, los 600 son objeto de deseo de muchos coleccionistas y clubes de propietarios, que se esfuerzan en mantener como el primer día estos vehículos históricos, que exhiben con orgullo.

El lanzamiento del 600 creó gran expectación en su época, y la demanda era tal que los particulares debían apuntarse en listas de espera de más de un año para acceder a un vehículo que se convirtió en símbolo de estatus y que representó la imagen del milagro económico del desarrollismo español.

Así, en marzo de 1957, tres meses antes de ponerse a la venta, la cartera de pedidos superó las 100.000 unidades y hubo que cerrar las admisiones, un éxito difícil de imaginar en la actualidad.

Un mito

El Seat 600 se convirtió en todo un mito en su época, ya que las familias empezaban a querer salir en coche el fin de semana y todas deseaban acceder a un utilitario, por modesto que fuera, por lo que Seat tuvo que ampliar su fábrica de Barcelona para poder abarcar la demanda.

Durante los 16 años en que se produjo, los usuarios lo pusieron a prueba en todo tipos de trayectos, urbanos y de largo recorrido, nacionales e internacionales, incluso corriendo en rallys, con su variante 600 D, modelo aparecido en 1963 y con el que el "seiscientos" alcanzó su máximo esplendor.

La llegada de nuevos tiempos y modelos hizo que, poco a poco, el 600 dejara de ser el coche familiar y pasara a un segundo plano, como vehículo de ciudad, que normalmente conducía la esposa, con lo que también su aportación a la motorización de las españolas fue fundamental.

El Seat 600, diseñado por el italiano Dante Giacosa, estaba inspirado en el conocido como "topolino 500" de Fiat, que había nacido en 1936.