El papa Francisco nombró ayer cardenal al arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, a quien impuso la birreta cardenalicia y entregó el anillo, en una ceremonia celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano. Omella se convierte así en el octavo cardenal de Barcelona .

En la lista de los nuevos purpurados se encuentran también el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez; el arzobispo de Bamako, en Mali, Jean Zerbo; el obispo de Estocolmo, Anders Arborelius; y el vicario apostólico de Pakse, en Laos, Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun.

Durante la ceremonia, el Papa advirtió a los nuevos purpurados en su homilía que el nuevo nombramiento no les convierte en "príncipes en la Iglesia" católica. "Jesús os llama a mirar la realidad, a no distraeros por otros intereses (...)", señaló. "No os llama para ser príncipes de la Iglesia sino para servir cómo y con él", resaltó.