Sin humo que moleste a quien disfruta del sol en la toalla cercana ni colillas sobre la arena que acabarán por llegar al mar y contaminarlo. Esta es la situación que encontrarán quienes acudan a alguna de las 46 playas que conforman la Rede Galega de Praias sen Fume, una iniciativa promovida por la Xunta en 2016 y a la que ya se han adscrito 27 concellos. El objetivo es que ningún usuario fume en estas playas aunque no se sancionará a quien lo haga ya que se trata de concienciar sobre buenos hábitos para la salud y el medio ambiente y "no tiene un fin recaudatorio", según explican desde la Dirección Xeral de Saúde Pública, organismo dependiente de la Consellería de Sanidade.

El ayuntamiento pontevedrés de Baiona fue el precursor de esta iniciativa. Este concello puso en marcha en 2012 una campaña para impedir que sus vecinos fumasen en las playas y a partir de ahí, el Programa Galego de Promoción dunha Vida sen Tabaco de la Xunta Programa Galego de Promoción dunha Vida sen Tabaco recogió esta iniciativa con el objetivo de ampliarlo a todo el litoral gallego. Fue de este modo como el pasado año surgió la Rede Galega de Praias sen Fume, conformada este verano por 46 arenales, casi la mitad de ellos en la provincia de A Coruña (22), seguida de Pontevedra (17) y Lugo (siete).

Un total de doce concellos coruñeses se han sumado al veto al cigarrillo en alguna de sus playas. Porto do Son lidera la clasificación con la prohibición de fumar en seis de sus arenales -Ornanda, Coira, Cabeiro, Subigrexa, Cruceiro y Arnela-, seguido de cerca por el concello de Corcubión, donde se recomienda no fumar en las playas de Quenxe, Santa Isabel, Castelo y Coviña, el de Mañón, donde son libres de humo los arenales de Esteiro y Bares y Ortigueira (en playa da Concha y Morouzos). El resto de concellos coruñeses que forman parte de la red autonómica han optado por dejar sólo una playa de su territorio libre de humo. En el caso de la comarca coruñesa, según los datos de la Xunta, sólo Oleiros y Miño se han sumado a esta iniciativa en pro de la salud y la conservación del medioambiente con el veto al tabaco en Bastiagueiro y Perbes, respectivamente.

Además, se busca que nadie fume -hay carteles y banderas indicativas y ceniceros para dejar los pitillos a las entradas de la playa- en los arenales coruñeses de Chamoso (Cabanas), A Fragata (Ferrol), Da Cruz (Muxía), Río Azor (Ribeira), Barraña (Boiro) y Mourillá (Valdoviño).

Una misma situación que viven 17 playas de la provincia de Pontevedra: Barbeira, Frade, Ribeira, Concheira, A Ladeira y Santa Marta (Baiona), Area Grande (A Guarda), Portocelo (Marín), Canas y Madorra (Nigrán), Area de Bon y Lapamán (Bueu), Melide (Cangas de Morrazo), las dos playas de Cesantes (Redondela), Ariño (Vilanova de Arousa) y también se suma la fluvial de A Calzada (Ponte Caldelas). Y en el caso de Lugo, hay siete ayuntamientos que promueven los hábitos saludables desde sus playas: Barreiros ha vetado el humo en el arenal de Coto, Foz en A Rapadoira, O Viceo en Caolín y Vidreiro, Ribadeo en Esteiro, Cervo en O Torno y Xove en Esteiro.

El objetivo de esta iniciativa de la Consellería de Sanidade tiene una doble vertiente: preservar la salud y cuidar el medio ambiente. Por ello, entre la finalidad de crear una red de playas libres de humo, la Xunta resalta el "promocionar una vida sin tabaco; desnormalizar el consumo de cigarrillos en la sociedad; reforzar el papel modélico-positivo de los padres y promover playas que respeten y cuiden el medio ambiente". ¿Y qué considera la Xunta una playa sin humo para que forme parte de la red autonómica? Aquellas en donde no se puede fumar en todo el arenal, excepto en las zonas al aire libre de locales de hostelería que den a la playa. No es una prohibición real ya que no hay multas, pero se busca la colaboración de todos.