N1o es que los libros en que se basan estas películas sean un prodigio de originalidad pero tienen gracia, ocurrencias divertidas y una fusión de texto y dibujos que engancha. Y su protagonista cae bien. El trasvase a la pantalla no conserva ninguna de esas cualidades y, en el caso que nos ocupa sin preocuparnos, los defectos se agudizan con un nuevo protagonista más irritante aún que su predecesor, unos parientes insoportables (el hermano mayor sobremanera) y una superpoblación de personajes escritos a manotazos, como ese señor barbudo y orondo que hace las veces de pesadilla de Greg demasiado entregada a la cocina grasienta. Salvo el detalle algo malvado de mostrar a la antaño empalagosa adolescente Alicia Silverstone convertida en madre gruñona, esta nueva entrega del Diario de Greg es un remake camuflado de Las vacaciones de una chiflada familia americana con sus dosis de chistes escatológicos, rudimentarias críticas a la sociedad enganchada al móvil y loa final a la familia que lucha unida, incluso en un viaje penoso con navegación incluida en una piscina. Es una nadería que solo brilla algo cuando, ironías de la vida, se incorporan dibujos de los libros. Ah, y algo falla en el casting cuando el mejor de la función es un cachorro de cerdo que roba todos los planos en los que sale.