Crear un banco de familias dispuestas a acoger a adolescentes con una sentencia judicial que les obliga a convivir durante un tiempo alejados de sus padres biológicos. Este es el objetivo del programa Convive.comigo Convive.comigoque acaban de lanzar la Xunta y la asociación Arela y que busca dotar a estos menores de un "ambiente socializador y positivo" para que mejoren su conducta y no reincidan en los hechos o actitudes que les llevaron a esta situación. "No se contempla la opción de un centro de internamiento porque se quiere una medida educativa para lograr la no reincidencia del menor", explica el director de Arela, Julio Barreiro, quien resalta que, en un principio, el programa de acogida temporal se pondrá en marcha en la provincia de A Coruña aunque el objetivo es extenderlo a toda la comunidad.

La ley del menor establece en su artículo siete que una de las medidas que el juez puede dictar cuando un adolescente comete algún tipo de delito es la de obligarle a convivir durante un periodo de tiempo con otra familia o persona ajenas a su entorno. "Se busca la medida más educativa posible y está comprobado que menores que sufren este tipo de crisis funcionan, mejoran cuando se les saca de su contexto habitual, cuando pasan a vivir en otro ambiente normalizado", sostiene Barreiro, quien asegura que un ejemplo de adolescentes que reciben este tipo de medidas judiciales son quienes "cometen un delito de maltrato familiar ya sea a sus padres, sus abuelos, etc...".

Pese a que desde Arela desconocen el número de menores gallegos que podrían beneficiarse de este programa de acogida aseguran que existe demanda. "Hasta ahora no había un programa específico para atender las necesidades de estos adolescentes y por tanto debían cumplir la sentencia judicial en centros de protección cuando lo adecuado es que lo hagan con familias de acogida. En A Coruña, el juzgado de menores demandaba un programa de este tipo", explica Julio Barreiro.

Al igual que ocurre con el Programa de Acollemento Familiar -que gestiona Cruz Roja y la Xunta-, las familias interesadas en acoger a estos adolescentes con dificultades deberán cumplir una serie de requisitos para poder formar parte del programa. "Se exige que sean mayores de edad, que la vivienda en la que residan tenga unas condiciones mínimas, que todo el núcleo familiar esté de acuerdo con la acogida, que los miembros de la familia tengan estabilidad emocional en el momento del acogimiento y que al menos uno de los integrantes tenga un alto grado de disponibilidad", indica Barreiro, quien explica que las familias deberán cubrir un cuestionario inicial y después un equipo de técnicos acudirá a su domicilio para realizarles una entrevista y valorar si pueden formar parte del programa.

Las personas que formen parte del banco de familias de Convive.comigo recibirán una formación específica de cinco sesiones para obtener las habilidades sociales necesarias para comenzar a convivir con este tipo de adolescentes. "Se tratarán temas como marcar límites y normas, sobre drogas, menores, etc...", indica el director de Arela.

La duración de este tipo de acogida, cuando existe una sentencia judicial que el menor debe cumplir de forma obligatoria -de lo contrario podría incurrir en otro delito que supondría la apertura de un nuevo expediente-, varía en función de lo que dicte el fallo del juzgado. "Lo habitual es un mínimo de seis meses y un máximo de nueve o un año", señala Barreiro, quien indica que las principales diferencias con otros programas como el de acollemento familiar -donde familias acogen desde bebés hasta adolescentes cuyas familias biológicas no pueden hacerse cargo de ellos por diferentes motivos: económicos, de salud, problemas judiciales, etc...- es que en Convive.comigo todos los beneficiarios son adolescentes con una sentencia judicial por un delito y que las familias de acogida reciben financiación para hacer frente a los gastos que la convivencia del menor pueda suponer para el hogar.

El programa, que gestionan la Xunta y la asociación Arela, es ejecutado por esta última, una entidad de apoyo a la infancia y la juventud gallega -especialmente de menores que se encuentran en situación de riesgo de exclusión social o cuyas familias atraviesan una situación de vulnerabilidad- con amplia experiencia en el sector desde que abrió sus puertas en el año 1998.