Convertido en referencia del terror hispano tras colaborar con Jaume Balagueró en la trilogía REC, Paco Plaza insiste en sus pretensiones de explorar lo sobrenatural desde una óptica nétamente española y jugando con la subversión de lo cotidiano. Con Verónica, acaso su película más redonda, profundiza en sus inquietudes creativas recuperando un suceso de finales del siglo pasado, centrado en una adolescente vallecana acosada por presencias sobrenaturales tras practicar el juego de la ouija.

El terror de las cosas cercanas, y el propio miedo a crecer, se entremezclan con las visiones en la creación de una atmósfera absorbente, que Plaza maneja sin acudir a un exceso de efectismo o a trucos de salón.

Verónica tiene un aliciente adicional como es la presencia de Ana Torrent, un reencuentro siempre grato para los cinéfilos españoles, y disfruta además del don de la oportunidad, ya que su estreno viene a paliar la carestía de películas de terror en la cartelera. Para deleite de los fans.