Cuando te plantees un viaje internacional, además de la ropa y los pasajes, es conveniente que conozcas la situación del lugar al que vas. Los riesgos a los que te enfrentas pueden minimizarse siguiendo unos sencillos consejos que pueden ayudarte a evitar problemas que podrían amargar tus vacaciones. Cambian los alimentos, las bebidas, las temperaturas? y tu organismo deberá adaptarse a ello. No resultará complicado, pero lo mejor es que lo tengas todo bajo control.

Antes de salir, visita a tu médico de familia y cuéntale lo que vas a hacer. Te dará las indicaciones oportunas y, si tienes una enfermedad (como la hipertensión) que precise un tratamiento específico (antihipertensivos), te proporcionará un informe oficial y los medicamentos suficientes para cubrir el tiempo de tu estancia.

Si sufres una patología crónica (artritis) o aguda (otitis) en el momento del viaje, debes poder disponer en todo momento de la medicación precisa y cuidarte especialmente para no contraer otra enfermedad durante el viaje porque tus defensas están "bajas".

A los pacientes que precisan medicamentos por vía parenteral (como los diabéticos insulinodependientes que deben inyectarse), el informe médico les permitirá disponer de los dispositivos de inyección en la cabina del avión, por ejemplo. Si se necesitan fármacos psicotrópicos y/o estupefacientes es necesario un certificado especial firmado.

De manera preventiva, el riesgo de adquirir una enfermedad depende de la zona que vas a visitar, la época del año, la duración y tipo de viaje y las características personales del viajero. Es importante tener en cuenta el medio de transporte, el destino (ciudad, playa, montaña, etc...), la duración, la estación del año (por la temperatura), el alojamiento, la higiene del lugar, las patologías previas del viajero, etc... para preparar no solo tu maleta sino también tu botiquín de viaje.

A nivel dietético recuerda que el agua es un medio perfecto para transmitir enfermedades infecciosas, por lo que no se debe beber la que no ofrezca las garantías sanitarias precisas. Elige la embotellada y que la abran delante de ti, no tomes hielo en locales extraños porque pueden estar preparados con aguas contaminadas.

Es recomendable beber muchos líquidos si viajas a un país tropical para evitar la deshidratación. Elige refrescos, bebidas embotelladas, té, café, etc... y no caigas en la tentación de beber agua de una fuente ni uses vasos sucios.

La comida puede ser también un problema. Debes mantener tus pautas. Si eres diabético, no puedes comer azúcar aunque estés de vacaciones. Si tu dieta es sin sal, evita su consumo. Si eres celíaco, mucho cuidado con los alimentos que no conoces pues pueden contener gluten. Si no toleras la lactosa, evítala. Si tienes alergia a los frutos secos, no comas nada que pueda contener trazas.

Puedes probar los productos típicos del lugar en el que te encuentras, pero consulta su composición antes de consumirlos. Las ensaladas y las frutas son una deliciosa tentación pero es necesario que hayan sido procesadas adecuadamente para evitar el contagio de enfermedades.

Las variaciones de tus hábitos pueden generar problemas digestivos como la denominada diarrea el viajero, el estreñimiento o el dolor de estómago. No son problemas banales, especialmente cuando estás en una zona desconocida y no sabes organizarte para recuperarte bien.

Si vas a viajar, acude a un Centro de Vacunación Internacional en el que te resolverán tus dudas. Debes hacerlo meses antes de la fecha de partida para que la vacuna sea eficaz. La vacunación está recomendada y es obligatoria en muchos países que se han convertido en destinos vacacionales habituales. Se incluyen: fiebre amarilla, cólera (producida por la bacteria Vibrio causante de problemas intestinales), fiebre tifoidea (provocada por la bacteria Salmonella typhi que se transmite por el agua y los alimentos contaminados), hepatitis A y B (especialmente si viajas a países en los que son endémicas), meningitis meningocócica, poliomielitis, rabia, tétanos, etc...

No es necesario asustarse, simplemente tomar las medidas adecuadas para que tu viaje resulte perfecto y no se planteen situaciones complejas. Actualmente se puede viajar a muchos lugares que antes ni te imaginabas, por lo que esta movilidad hace que debamos ser más cuidadosos con nuestras actitudes. No es necesario cruzar el planeta para padecer una diarrea por agua o alimentos contaminados. Cuídate y disfruta del viaje.