El comienzo del curso escolar pone a prueba a los niños en muchos sentidos, también en el visual. El Colegio de Ópticos y Optometristas de Galicia advierte que cerca de un 25% de los niños y adolescentes menores de 16 años necesita gafas. Los padres deben estar atentos a los comportamientos de los menores para detectar posibles disfunciones y también cuidar su higiene visual para prevenir su aparición y desarrollo.

Los escolares que no presentan problemas de visión no tienen por qué sufrir en las tareas escolares, pero sí deben tener algunas precauciones para no desarrollar miopía, astigmatismo o hipermetropía, las dolencias más comunes entre los estudiantes. "Un niño que es muy hipermétrope puede tener un estrabismo; el 70% de las sensaciones que recibimos son a través de la vista y si se suprime la visión de un ojo nos estamos saltando mucha información, vamos a tener que gastar mucha energía en procesar lo que vemos y esto puede ocasionar un problema de aprendizaje", advierte el óptico y optometrista Carlos Bernárdez.

Para evitar estos extremos, aconseja recordar a los niños que deben "mantener una buena postura, una distancia correcta sobre el pupitre y no acercarse mucho al leer o ver la televisión". La distancia adecuada para una tarea de cerca es del codo hasta la primera falange y la postura también influye: pies apoyados en el suelo, espalda recta y los brazos sobre la mesa de trabajo. Que el mobiliario sea adecuado para el tamaño del niño y la buena iluminación también son imprescindibles. Bernárdez recuerda además la norma de descansar 20 segundos cada 20 minutos haciendo una tarea, dirigiendo la vista a una distancia de al menos 20 pies, unos 6 metros.

Aun respetando estas pautas, pueden surgir anomalías en la vista. Los padres y profesores pueden detectarlos con un poco de atención a los gestos y actitudes del menor. "Si se acerca mucho cuando ve la televisión, si guiña un ojo o los dos, si se pone en posturas raras o tuerce la cabeza es que no está viendo bien", señala Bernárdez. A esto se le suman indicaciones más específicas como que se frote los ojos o confunda palabras similares, entre otras.