El consumo de pornografía ha aumentado en los últimos años gracias a la facilidad de acceso y a la amplia oferta que ofrece internet, lo que según alertan los sexólogos gallegos puede llevar a un cambio "del patrón mental de erotización" que se traduce en problemas para obtener placer en una relación sexual real más allá de la pantalla. "No hay estudios científicos que nos permita afirmar que el consumo de porno provoque problemas, pero es cierto que ya recibimos en consulta a jóvenes con disfunción eréctil, con falta de deseo o que precisan siempre de estímulos nuevos para llegar al orgasmo y que mejoran cuando dejan de ver pornografía", señala el presidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía y vocal de la Federación Española de Sociedades de Sexología, Emilio López Bastos.

Los expertos aseguran que la principal consecuencia de un consumo elevado de pornografía, especialmente si se realiza durante la adolescencia, es que se desvirtúa el sexo real ya que se modifican los estímulos necesarios para llegar al orgasmo. "La erótica es algo que tiene que ver con el cortejo, con tocar la piel, con olores, con comunicación, algo que no existe con una pantalla", explica Emilio Bastos, quien alerta de que esto puede provocar que algunas personas tengan problemas para excitarse en sus relaciones convencionales porque "en la realidad los estímulos son más débiles y ellos los perciben como menos gratificantes".

La inmediatez y la novedad que ofrece el consumo de sexo por la Red también chocan con la realidad más allá de lo virtual. "En internet el acceso es muy rápido y con clic se obtienen algo nuevo, pero en la realidad las relaciones no son tan veloces. Además, hay pacientes que crean patrones eróticos que les llevan a solo responder ante estímulos nuevos. En mi consulta atendí a un joven, por ejemplo, que siempre buscaba nuevas chicas", indica López, quien alerta de otro problema que afecta cada vez a más varones. "Es la práctica que se conoce como 'el abrazo de la muerte', varones que se han acostumbrado a un tipo de masturbación concreta, a determinada velocidad, con una presión fija de manera que ahora no logran llegar al orgasmo con una pareja, solo si se masturban ellos mismos", indica este especialista, quien sostiene que otros problemas que podrían estar vinculados al consumo de porno son "el precisar de un estímulo visual para iniciar la respuesta sexual o el desvío del objeto de deseo".

Emilio López reconoce que, pese a no haber estudios que confirmen la relación entre pornografía y estos problemas cada vez menos anecdóticos en las consultas de los sexólogos, conviene reflexionar ya que la mayoría de afectados "mejora cuando deja de consumir estos contenidos". "Normalmente ellos no vinculan lo que les sucede a esto, pero poco a poco vamos viendo sus hábitos y hay quienes tras parar de consumir pornografía notan mejorías en sus relaciones sexuales", sostiene este sexólogo gallego.

Los expertos se niegan a dar unas pautas sobre cuando el consumo de porno puede comenzar a ser problemático. Simplemente animan a reflexionar sobre cómo hay gente que varía el modelo de sexualidad debido a estos contenidos.