La gripe provoca más muertes que los accidentes de tráfico. Y eso las que se saben, un total de 136 durante la última temporada en las que pudo diagnosticarse la dolencia, pero en realidad la cifra puede rondar entre las "300 y las 400", según advirtieron ayer desde la Consellería de Sanidade. De ahí el empeño de la Administración gallega en insistir en la necesidad de vacunarse. Inyecciones no van a faltar, ya que el Ejecutivo autonómico ha adquirido 560.000 dosis, lo que supone 30.000 más que en la campaña del año pasado, y además habrá muchos lugares para elegir (900 puntos de vacunación repartidos por toda la geografía gallega). La cuestión está en que quienes están en los grupos de riesgo, también las embarazadas, que además reciben la vacuna de forma gratuita, respondan a la llamada.

En la temporada pasada lo hicieron el 56% de los mayores de 65 o más años (con los ourensanos como los más aplicados y los pontevedreses como los más renuentes a inmunizarse), apenas uno de cada cinco entre quienes tienen entre 60 y 64 años y una cuarta parte de los trabajadores sanitarios. Las cifras, aunque mejores que un año atrás y por encima de la media estatal en el caso de los pensionistas, se quedan, no obstante, por debajo de la línea roja: el 65% en mayores, el 35 en el grupo de 60 a 64 años y el 35% entre los profesionales de la salud, irónicamente los menos concienciados.Ç

A los gallegos en edad de jubilarse, que, junto a los que padecen enfermedades crónicas, son un colectivo prioritario, la Consellería de Sanidade los persigue desde hace un par de años incluso en su casa, a través de llamadas telefónicas. En concreto, el Sergas ha previsto un protocolo para que a la cuarta semana de vacunación si la persona en concreto de 65 o más años no consta como vacunada ni como citada para hacerlo, saltará un aviso al personal de enfermería para que localice al interesado por teléfono e intente persuadirlo de las bondades de protegerse contra un virus que se prevé similar al de la pasada temporada (H3N2), que afecta más a los mayores. De hecho, la edad media de los fallecidos entonces fue de 80,4 años.

Insistir por teléfono

Con todo, parece que los argumentos persuasivos no convencen a todos los potenciales beneficiarios de una vacuna a la que la Xunta ha destinado esta vez un total de 1,9 millones de euros gracias al acuerdo marco de compra con el Ministerio de Sanidad y otras autonomías. La prueba es que en la campaña anterior, el personal de enfermería del Sergas realizó un total de 30.936 llamadas a gallegos con edades comprendidas entre 65 y 74 año, en el que se animan el 55,3% de los potenciales beneficiarios (8 puntos menos que quienes superan esa edad) y solamente en 3.559 casos los reacios acudieron a ponerse la inyección, lo que implica, según un informe colgado en la web de Sanidade, que solo respondió de forma positiva el 11,5%, apenas uno de cada diez.

El peor dato, en A Coruña

La peor respuesta por gerencias se registró en A Coruña, donde no llegó al 8% la cifra de los que acudieron a inyectarse tras la llamada y el mejor dato lo logró Santiago, donde se superó el 16%. En Vigo se logró un 12,2% y en Pontevedra un 10,8%.

Además de prever que el virus que circulará esta vez será similar al del año pasado, como apuntan los datos registrados en el hemisferio sur, donde acaban de pasar el invierno, los responsables de Sanidade "no" esperan que "circule de manera intensa hasta Navidades". Así lo indicó el subdirector xeral de Información sobre a Saúde e Epidemioloxía, Xurxo Hervada, quien añadió que, en todo caso, no se aguarda "una ola especialmente intensa".

Del total de las 560.000 inyecciones adquiridas, 250.000 son dosis de vacuna reforzada utilizada en las personas que viven en residencias de la tercera edad y en entre quienes superan 75 años. Se completan con otras 310.000 dosis que se corresponden con una versión de vacuna convencional que puede ser utilizada a cualquier edad a partir de los 6 meses.