El Pergamino Vindel permanecerá expuesto hasta el próximo mes de marzo bajo la escolta de un óleo de Lugrís y como pieza estrella de un recorrido que sumerge al público en el contexto social, político y artístico del siglo XIII a la vez que muestra su influencia en los artistas contemporáneos. Las piezas de granito esculpidas en el taller del maestro Mateo o un bifolio con las siete partidas de Alfonso X comparten espacio con óleos de Darío Basso y Teresa Irisarri, además de referencias a neotrovadores como Cunqueiro o Figueira Valverde.

Horas antes de la inauguración oficial de la exposición, su comisario, Francisco Singul, y el director del Museo del Mar, Vicente Caramés, acompañaron a los medios en una visita por la sala habilitada ad hoc para acoger el valioso manuscrito y el medio centenar de piezas cedidas por casi una treintena de museos arqueológicos y archivos diocesanos de toda Galicia, bibliotecas, iglesias, monasterios, y colecciones particulares.

La muestra sigue la estructura de las siete cantigas de amigo para mostrar la espiritualidad, las formas de poder, la vida cotidiana o el amor en un momento histórico en el que Galicia producía una cultura "muy rica y exquisita" que constituía una referencia en toda Europa y era "fruto del intercambio" y de su condición como "final de un camino internacional de peregrinación". Y esos artistas del Medievo, destacaba ayer Singul, "siguieron siendo fuente de inspiración" durante siglos.