La única clínica de Holanda dedicada en exclusiva a la práctica de la eutanasia recibió, en lo que va de año, 2.000 solicitudes, casi el triple de las obtenidas en 2012, cuando abrió sus puertas. "Actualmente contamos con 52 equipos formados por un médico y una enfermera que se desplazan al lugar del paciente. Con la creciente demanda, en un año necesitaremos el doble de personal, un centenar de equipos" aseguró Annerieke Dekker, portavoz de la Clínica para Morir, ubicada en La Haya. Esta organización privada asiste a pacientes cuyos médicos de cabecera no desean o no pueden practicar la eutanasia alegando falta de tiempo o motivos éticos.