La coruñesa Ángela de la Cruz es la artista galardonada este año con el Premio Nacional de Artes Plásticas, dotado con 30.000 euros y que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. El jurado, por unanimidad, acordó concederle este premio "por la intensidad de su obra, que explora la compleja relación entre el espacio ilusionista de la pintura y la presencia física de la escultura". De la Cruz, que vive en Londres desde 1989, reconocía ayer desde la capital británica que recibir este galardón era todo "un honor". "Estoy muy contenta, es un gran reconocimiento a mi trayectoria y a mi obra. Que una artista mujer, de 52 años, reciba este premio en su país de origen es un honor", resaltó.

La "radicalidad de su trabajo" y su "manera de conceptualizar la pintura sin perder el indudable atractivo formal le ha servido para ganarse el respeto y un lugar destacado en el contexto nacional e internacional", añade el Ministerio de Cultura, que destaca que pese a que esta coruñesa lleva décadas en Reino Unido, su obra "siempre ha mirado hacia España, con referencias a Velázquez, Zurbarán, Millares, Tàpies, Picasso o Goya".

Tras licenciarse en Filosofía y Letras, De la Cruz abandonó su ciudad natal para trasladarse a Londres, donde comenzó una destacable trayectoria artística que le valió ser la única española finalista del Premio Turner en 2010 por su exposición After en el Camden Arts Center. En 2004, con su obra Clutter with Wardrobes ( Conglomerado de armarios), comienza a incorporar a sus obras objetos y muebles, casi siempre encontrados o recuperados de la calle, sillas que prolongan sus patas como si fueran prótesis que imposibilitan cualquier tipo de equilibrio. En ese mismo período realiza su primera exposición individual en España, inaugurando el Espazo Anexo del Marco de Vigo con Larger than life (2004). La artista recuerda con cariño a la institución que le brindó su primera oportunidad en España. "Apoyo la gran labor de Iñaki Martínez y del museo", sostiene De la Cruz.

La hemorragia cerebral que sufrió en 2005 interrumpió su actividad artística, ya que su recuperación supuso una larga estancia en el hospital tras la que acometió Deflated (2009-2011), un lienzo sin bastidor que cuelga de un tornillo como si de un abrigo se tratara, que marcó un punto de su evolución y fue un claro ejemplo de superación. No sería hasta el 2015 cuando esta reconocida artista expondría sus obras en su ciudad natal. Lo hizo en la Fundación Luis Seoane con la muestra Escombros, en la que se exhibían 16 de sus obras.

"Emocionalmente cruda, astuta y bruscamente irónica, De la Cruz se plantea su visión del lenguaje de la pintura, incorporando la autodestrucción de la pintura en el trabajo mismo", indica el Ministerio. La coruñesa reconoce estar "preocupada" por todo lo que pasa en el mundo "en términos de política" así como el brexit o la situación en Cataluña, algo que asegura se verá reflejado en sus próximas obras aunque no de forma directa, "ya que mi obra no es política".

Con gran proyección internacional, De la Cruz trabaja con varias importantes galerías nacionales e internacionales, está presente en todos los manuales de referencia y catálogos sobre pintura de los últimos años. Entre sus obras destacan Ashamed, una pintura amarilla en rafia rota por el centro o Ready to wear, una serie de telas de color rojo desgarradas por la artista como si estuviera vistiendo al cuadro; o Nothing , varias telas negras en el suelo como un desecho.