Los colegios gallegos cuentan con unos 400 alumnos con algún tipo de discapacidad auditiva, lo que obliga a ciertas adaptaciones en clase para que estos estudiantes puedan seguir el ritmo de aprendizaje del resto de compañeros. Desde la Federación de Asociacións de Persoas Xordas de Galicia reconocen que, en general, estos estudiantes no suelen tener problema para que la Administración les otorgue el apoyo educativo necesario.

Unas medidas que varían en función del grado de discapacidad. Cuando los pequeños tienen una pérdida auditiva leve y llevan un audífono, basta con sencillas adaptaciones. "Es mejor que estén en primera fila para captar mejor la voz del profesor y poder leer los labios", señala el responsable del servicio de Logopedia de la Federación, José Antonio Puertas. "También conviene apostar por lo visual, utilizar el material los más visual posible con colores o fotografías también les ayuda", añade el coordinador de Formación de la entidad, Javier Sánchez. Además también se puede recurrir a la técnica para mejorar la audición de estos alumnos. "Se pueden utilizar equipos FM en donde el profesor tiene un micrófono y el niño un receptor, de manera que el sonido va directo y se filtran otros ruidos de alrededor", explican desde la Federación.

Y cuando la pérdida auditiva es más profunda puede ser preciso que o bien el profesor (sobre todo en Primaria) conozca la lengua de signos para impartir la materia o que el niño cuente en el aula con el apoyo de un intérprete. "Siempre se necesitarían más, pero normalmente no hay problemas con los intérpretes. Lo único es a principios de curso, que igual hasta que se organizan no pueden cubrirle todas las horas de la jornada al alumno", indica Javier Sánchez. Y el apoyo en clase muchas veces tiene que ir acompañado de terapia con el logopeda. "Ocurre cuando reciben un implante coclear, hay que enseñarles a oír", indican.