Alejandra Andrade tiene sus propias normas, y empatizar con sus entrevistados es una regla fundamental en sus trabajos. Esta reportera lo tiene muy claro: "Si no te indignas con un tema o no te llega al corazón, es imposible hacer un buen programa". Con la segunda temporada de Fuera de cobertura recién estrenada, la periodista madrileña cuenta en una entrevista a Efe lo "privilegiada" que se siente por que Cuatro le dé tiempo para poder hacer "reportajes de verdad", ya que el periodismo de investigación no se hace en una semana y en televisión todo se quiere "para ya". "Tienes que estar en la calle para conseguir buenas historias", asegura la reportera, que subraya que la audiencia "importa y agobia", si bien cada vez le "preocupa menos" y no hace reportajes pensando en los datos de audiencia.

- Con este formato, usted es su propia jefa. ¿Qué tal en esta nueva faceta de directora y productora? ¿Se nota en el producto que llega al público?

- Sí se nota. Al final son programas especiales, y la pasión y el amor que le ponemos yo nunca lo había hecho en otro tipo de programas, y es que al final es tuyo y... yo los amo y son como si fueran mis hijos.

- En este tipo de programas, ¿es básico tener empatía o hay que dejar de lado los sentimientos y centrarse únicamente en la información?

-Es imposible no empatizar. Si no te llega al corazón es imposible hacer un buen reportaje. Está muy bien lo de destapar y sacar a la luz determinadas informaciones, pero si no te indignas y no te llega al corazón, es imposible hacer un buen programa.

- Parece que ahora este tipo de programas están más de moda que nunca. ¿Hay más demanda ahora del público o quizás es que el periodismo no ha dado voz a quienes lo merecían?

-Hacer periodismo de investigación es muy difícil, en una semana no puedes hacer un reportaje de investigación, es imposible. Hay muchos programas que dicen que lo son, pero para mí no lo son, son otra cosa. Nosotros hacemos por temporada ocho temas internacionales de 60 minutos en televisión y a mi me falta el tiempo. Muchas veces me gustaría tener más tiempo para hacer reportajes, pero ocho en un año tiene tela, y eso que tenemos un equipo grande, contamos con apoyos a los países a los que vamos, etc. Hacer reportajes de calidad cuesta muchísimo, yo no sé si está de moda o no, llevo haciendo esto toda la vida; empecé en "Callejeros" (8 temporadas) y como que me he especializado. Allí aprendimos un montón, porque al final el periodismo se hace en la calle; tienes que estar tiempo en la calle para conseguir buenas historias.

- ¿Cree que la gente valora más la profesión a raíz de este tipo de programas?

-Creo que sí, ojalá sirvan para ello, aunque al final tienen que ser los propios periodistas los que defiendan lo suyo. Hay que tener en cuenta que es periodismo en televisión y es muy complicado porque tienes que atraer al espectador, tiene que ser muy visual, compites con grandes series y películas... Es difícil, pero yo estoy súper orgullosa de lo que hacemos: son reportajes con calidad periodística, con unos guiones maravillosos, contrastados, sin exagerar absolutamente nada, con unos testimonios muy complicados, y firmo orgullosísima cada capítulo.

- ¿Cuáles son los grandes males del periodismo televisivo actual?

-Uno de los mayores problemas es el tiempo, la prisa, la inmediatez. Todo se quiere para ya, deprisa y corriendo; por eso me siento una privilegiada por que una cadena de televisión como Cuatro, en Mediaset, confíe en un equipo como nosotros y nos dé tiempo suficiente para poder hacer reportajes de verdad. El periodismo de investigación en una semana no se puede hacer. También creo que somos los periodistas en las redacciones quienes tenemos que dignificar la profesión, los que tenemos que decir "esto es lo que quiero y por aquí quiero ir". Ya sé que, al igual que en muchas profesiones, lo sueldos son una mierda y haces lo que tienes que hacer, pero creo que hay que ser combativos, que la gente joven, que viene pisando fuerte, tiene que defender lo que piensa en alto.

- ¿Cree que la audiencia prevalece por encima de todo?

-No tanto. En un prime time por supuesto que sí, y ojalá las televisiones apostaran más por ese tipo de programas en horario de máxima audiencia. La audiencia importa, pero a mi cada vez me importa menos. Me agobia, es como un examen en el que te dan la nota la día siguiente, y no te voy a mentir, la temporada pasada estaba muy nerviosa porque era mi primer proyecto y, pese a que estaba muy arropada por la cadena, no dormía. Y es que o te aplauden en la cara o te dicen que fatal. Pero no hago reportajes pensando en la audiencia. A mí cada vez me preocupa menos. Creo que se pueden hacer reportajes en cualquier lado, si no es aquí es allá. Yo voy a seguir apostando por este tipo de reportajes y de periodismo sin importarme la audiencia.

- ¿Alguna vez se ha sentido discriminada por ser mujer o ha tenido que trabajar más que un hombre para estar donde está?

-No sé si me ha beneficiado o perjudicado, pero yo trabajo súper a gusto con mujeres. Somos una redacción en la que la mayoría somos mujeres. En edición, producción, montaje somos mujeres, he contratado a madres embarazadas sin ningún problema... Y estoy feliz de trabajar con mujeres, creo que el feminismo se demuestra andando y a mi me encanta contratar mujeres y rodearme de ellas.

- ¿Qué es lo más duro de esta profesión?

-Compaginarlo con la vida familiar; yo tengo dos niños y es bastante duro. Es lo mas difícil, cuando pasas tiempo sin verlos tienes bajones y piensas en qué necesidad tengo yo de estar viajando todo el día, pero luego paso un mes en Madrid y estoy que me subo por las paredes.