La directora del Instituto de Tratamiento de la Conducta, María Ferreiro, entiende que un manual para padres y docentes es útil porque acerca el problema del acoso escolar a todas la familias y facilita unas serie de herramientas para actuar frente a estos casos. "Necesitamos concienciar a las familias de la enorme necesidad de verbalizar ante los hijos que estamos totalmente en contra del maltrato y la intimidación, y que ser un espectador de un abuso y no hacer nada es una forma más de maltrato, que una cosa es ser chivato y otra no consentir que se atente contra los derechos de los demás. La sumisión o la falta de implicación de los compañeros mantienen la posición de poder del acosador", opina la psicóloga y psicopedagoga, que también advierte que en muchos casos lo que hacen los padres de los acosadores es defender a sus hijos ante la comunidad escolar, algo que tampoco ha de hacerse.

En cuanto al acosado, aconseja no presionarlo demasiado, y sí hacerle saber que ese tipo de situaciones las hemos vivido todos y que hay que actuar. Y una vez que el niño acepte actuar, hay que pedir ayuda al colegio. "Creo que el profesional más adecuado para manejar este problema, junto al tutor, es el orientador", añade.

La especialista recuerda que tras sufrir acoso es norma que el menor muestre una baja autoestima y ansiedad, y perciba las relacione sociales como poco seguras, por lo que es necesaria la intervención psicológica.