El Instituto de la Mujer condenó ayer "la permanente cosificación, el trato vejatorio y el menosprecio a algunas participantes" en programas de telerrealidad y alerta sobre el efecto negativo en la audiencia, especialmente la joven, de actitudes sexistas y comentarios denigrantes hacia las mujeres. De esta manera se refirió el organismo, en un comunicado, a las informaciones sobre la denuncia de posibles abusos sexuales a una de las participantes del programa Gran Hermano de Telecinco, interpuesta por la productora del programa.

Tras condenar "tajantemente cualquier forma de agresión sexual hacia las mujeres", el Instituto de la Mujer recordó que las relaciones sexuales solo son plenamente consentidas si hay una aceptación explícita por ambas partes y libre de cualquier forma de coacción. Calificó de "inadmisible" que la discriminación de las mujeres pueda "admitirse o alentarse en aras de incrementar los índices de audiencia" y ha asegurado que constituye un "caldo de cultivo para la perpetuación de la discriminación y la violencia de género". Por ello, pidió a las productoras y televisiones que reflexionen "sobre la gran responsabilidad que implica normalizar, frivolizar o tolerar actitudes que suponen un atentado contra la dignidad o la integridad de las mujeres". Además, recordó que estos comportamientos fueron repetidamente denunciados por la ciudadanía en el Observatorio de la Imagen de las Mujeres.