Las limitaciones propias de carecer de la vista y la audición hacen que gran parte de las personas sordociegas no trabajen y que precisen de una adaptación curricular a la hora de formarse, pero hay ejemplos de superación que muestran lo lejos que se puede llegar pese a carecer de estos dos sentidos. Gennet Corcuera se convirtió en 2006 en la primera sordociega en acceder a la universidad en España, tras haber estudiado Primaria en la ONCE y Secundaria y Bachillerato en un centro público con ayuda de intérpretes. Javier García también hizo historia. El año pasado se convirtió en el primer sordociego europeo en disfrutar de una beca Erasmus.