Ocho de cada diez enfermeras gallegas encuestadas por el sindicato SA TSE confiesan sufrir estrés y el 71%, estar "quemadas". Son veinte puntos más que la media española. La práctica totalidad de estas profesionales considera que el ambiente laboral en la comunidad se ha deteriorado y el 85% está convencido de que esto ha repercutido de forma negativa en la asistencia que se presta a los pacientes.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio de percepción de estrés que la central sindical ha elaborado con la participación de algo más de dos mil profesionales de todo el país. De él, su secretaria en Galicia, Carmen García Rivas, deduce que "la salud y la forma de trabajar" de este colectivo está en crisis. Atribuye esta situación a los recortes de los últimos años, la insuficiencia de la plantilla, la sobrecarga del personal y la falta de incentivos. Señala que, aunque hay 9.000 puestos orgánicos de Enfermería en el Sergas. Demanda 5.700 enfermeras más.

La percepción de la situación por parte de las enfermeras gallegas es en casi todos los aspectos peor que la media gallega. El 98% confiesa que la situación "le supera" -diez puntos más- y el 85%, que no tiene tiempo suficiente en su trabajo. Al 61% le quedan tareas sin hacer al acabar su turno y el 56% amplía su jornada por ello. Las consecuencias son tensión muscular en el 98% de los encuestados gallegos; nerviosismo, temor o angustia, en el 94%; trastornos del sueño, en el 90%; agotamiento emocional, en el 71%; e incluso problemas sexuales, en más de la mitad