La llegada de un bebé cambia las rutinas de un hogar y todos los miembros de la familia necesitan adaptarse a la nueva situación, incluidas las mascotas. mascotas. Familiarizar al animal con los objetos del niño días antes de que se instale en la vivienda, procurar que relacione al pequeño sólo con momentos positivos y evitar corregir su actitud de malas maneras cuando se acerque al bebé son algunas de las claves para lograr una convivencia sin problemas entre el perro o el gato y recién nacido, según los veterinarios y expertos en conducta animal. "Lo mejor es abordar la situación con normalidad", sostiene la veterinaria Ana Eltamcheh de la clínica Elviña Vets de A Coruña.

Lo primero es preparar al animal para la llegada de un nuevo miembro al hogar. "Lo ideal es que el perro empiece a adaptarse a los cambios (horarios, nuevas restricciones o hábitos) antes de que llegue el recién nacido. Hay que procurar realizar los cambios poco a poco y sin estrés y si esto se trabaja bien el perro puede estar en casa desde el primer momento", indica la veterinaria etóloga Rita Campos. Dejar que perro y bebé convivan bajo el mismo techo desde el primer día es también la apuesta de Ana Eltamcheh. "Si nos llevamos al perro una temporada por la llegada del bebé, asociará al niño con algo negativo. La clave está en que se familiarice con cosas del pequeño", indica esta veterinaria, quien añade: "Es aconsejable darle a oler ropita o cosas del bebé y una vez que nazca traerle un pañal o un body que se haya puesto para que se familiarice con el olor y una vez en casa no lo vea como un extraño sino que le resulte algo conocido".

Otra opción, según los expertos, es "el uso de grabaciones con sonidos de bebés a volumen bajo que se irá subiendo progresivamente" para que al animal no le pille por sorpresa los nuevos ruidos que se escucharán en el hogar. "También es aconsejable que aprenda a estar en una habitación separada al resto de la familia por si fuese necesario", indica Rita Campos.

Y una vez en casa la adaptación dependerá mucho de la raza y al carácter del animal. "Hay perros que parece que el niño llevase toda la vida en la familia y otros que gruñen a cualquiera que vaya a la cuna a tender al bebé si llora", señala Campos. "Hay razas que se adaptan mejor como el Labrador", añade Eltamcheh, quien asegura que, en general si se siguen unas correctas pautas, los animales suelen reaccionar de forma positiva.

Lo aconsejable es abordar el acercamiento del perro y el bebé con normalidad y que el animal no vincule al niño con algo negativo. "Hay que prestar atención al perro cuando el niño esté delante y asociarlo a calma y cosas positivas, no solo cuando no esté el pequeño. Además conviene no reñir nunca al perro, incluso aunque haga cosas que no nos guste para evitar que asocie de forma negativa al bebé", señala la etóloga Rita Campos. Una opinión que comparte la experta en conducta animal Ana Eltamcheh. "El perro tiene curiosidad y puede acercarse al niño pues hay que abordar la situación con normalidad. Nada de decirle 'no quita' o alarmarse. Si queremos que se retire algo se lo decimos de forma calmada y le damos un premio, que vincule el pequeño con cosas positivas", indica esta veterinaria, quien lamenta que, en ocasiones, el problema lo provocan los humanos. "Sin darnos cuenta podemos hacer que asocie al niño con cosas negativas si nos alteramos, si le decimos 'cuidado', 'mira lo que le va a hacer'", sostiene.

Eso sí, conviene tener al animal bien educado de forma que responda al momento a una orden en el caso de que realice algo que no deba o queramos proteger al bebé por algún motivo específico. "Es importante para poder hacer una presentación más tranquila y segura sin que salte o mordisquee aunque sea jugando", indica Campos. De no ser así o si el perro adquiere una conducta agresiva que no se puede controlar, los expertos aconsejan acudir a un especialista que module su conducta.

Pese a que los celos son algo propio de los humanos, los perros pueden presentar una actitud similar al entender que el nuevo miembro de la familia les resta atención. Prestarle atención cuando el niño esté presente es fundamental para evitarlo. "Si por ejemplo estamos con el niño en colo y viene a que le demos caricias, debemos corresponderle para que vea que todo está normal", indica Eltamcheh.

La dinámica a seguir varía un poco si la mascota es un gato.La dinámica a seguir varía un poco si la mascota es un "Son más territoriales y también muy independientes. Lo normal es que al principio tiendan a aislarse al notar cambios. Una forma de tranquilizarlos es el uso de Feliway, un dispensador como un ambientador y que emana las feromonas que el gato vincula a cosas agradables. Enchufarlo al menos una semana antes de la llegada del bebé y mantenerlo unos tres o cuatro meses puede ayudar, al igual que darle a oler algo del niño", indica Eltamcheh, quien también aconseja tener en casa una torre rascador o estanterías para cuando el gato necesite aislarse y esconderse. "En el caso de traerle un mantita o algo del niño para oler, en los gatos es mejor dejarlo allí y que sea el propio animal el que se acerque", añade Campos. Toda una serie de consejos para garantizar la buena convivencia entre todos los miembros de la familia.