Los alumnos de los institutos gallegos se llevan sus dudas para casa. El 60% de ellos considera que el profesor no continúa con las explicaciones del tema hasta que todos los alumnos lo han comprendido, sino que cambia a la siguiente lección aunque deje cuestiones sin resolver. Es una de las conclusiones del último informe PISA, que, además de analizar por primera vez la capacidad para resolver los problemas en colaboración de los alumnos de 15 años, pregunta a los estudiantes por la relación con sus profesores, padres o con la tecnología.

Arrastrar incógnitas de lección en lección, sin embargo, no es un problema patrimonio de los alumnos de Galicia. En la comunidad donde más los alumnos consideran que el maestro continúa explicando las veces que sean necesarias hasta que el estudiante entiende el tema no llegan a la mitad de la clase. Se trata de Murcia, que saca mejor porcentaje con un 48,8%. En el otro lado se encuentra el País Vasco, donde solo un 34% piensa que el ritmo de enseñanza permite que los alumnos comprendan el tema antes de abordar uno nuevo.

Del lado de la mesa del profesor, pesa en muchas ocasiones el cumplir con el temario marcado por la ley para cada curso. Que una clase pase de nivel sin tener los conocimientos necesarios puede retrasar la formación de todo el grupo y los profesores se arriesgan a una llamada de atención por parte de la inspección escolar. Esta necesidad se ve de manera más clara cuando se está terminando Bachillerato y espera al final el examen de Selectividad para el que los alumnos necesitan conocer toda la materia de las diferentes asignaturas.

En una clase de ESO en la que puede haber hasta 30 alumnos, es lógico que los ritmos de aprendizaje sean diferentes y necesiten algo de ayuda o atención extra por parte del profesor. Sin embargo, solo un 40% de los estudiantes tienen la percepción de que el maestro les da ese empujón si es necesario. Galicia es la tercera comunidad donde esa sensación está más acentuada, solo por detrás de Murcia y Asturias. Quizás el problema esté en alguna de las criticas habituales que recibe el sistema educativo en España, sobre el que se censura en muchas ocasiones que ni se enseña al alumno a pensar, sino a repetir conceptos, ni tiene en cuenta los diferentes tipos de inteligencia que puede tener un estudiante.

Apoyo con la tecnología

El informe de PISA que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pregunta también a los adolescentes sobre el interés que demuestran sus padres sobre sus estudios. Poco más de la mitad, el 57,9% de los alumnos gallegos consideran que sus padres ponen atención a sus actividades escolares. El porcentaje empeora incluso cuando se les inquiere sobre el apoyo que le brindan sus padres cuando tienen alguna dificultad en el colegio. Solo el 52,8% afirma que recibe el máximo soporte por parte de sus padres.

En la relación con la familia parece que es frecuente que los mayores pidan ayuda a los más jóvenes cuando hay algún problema con aparatos digitales. Como generación que ha crecido rodeada de nuevas tecnologías, el 72% de los estudiantes se encuentra cómodo utilizando algún dispositivo nuevo, que no le es familiar, y el 77% se ve capaz de ayudar cuando un amigo o un familiar tienen algún problema.

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