El jefe del Servicio de Endocrinología del Complexo Hospitalario Universitario de Ferrol (CHUF), Diego Bellido, advierte de que la obesidad sigue siendo un problema creciente en España, obesidad donde no se ha catalogado todavía como enfermedad, pero "es una de las principales causas del cáncer". "Está detrás de la mala evolución del cáncer", subraya Bellido con motivo de su participación, hoy, en A Coruña en el encuentro Obesidad, Epidemia del siglo XXI,organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Galicia.

Aunque "no se considera una causa de muerte", continúa el experto, la obesidad es un factor de riesgo importante en la diabetes tipo dos y en enfermedades cardiovasculares; en el cáncer de mama recidiva diez veces más en pacientes obesas y repercute negativamente en el hígado graso, endometrio o colon, ejemplifica. "La gente no es muy consciente de ello pero estamos preocupados con este tema, porque incide en los cánceres más frecuentes en la población", argumenta Bellido, vicepresidente de la Sociedad Española de Obesidad, que acaba de participar en sendos congresos sobre obesidad y nutrición en Portugal y en Madrid.

En España, más del 50% de la población adulta tiene sobrepeso, sobre todo en Galicia, Asturias y Andalucía, y el 25% es obesa, un porcentaje ligeramente superior al resto de España, aunque "el paciente con obesidad no se considera obeso en un porcentaje muy amplio". Sin embargo, alerta, es en la población infantil donde se registran cifras "casi pandémicas, con casi el 15%" y cada vez más adolescentes que son grandes obesos.

Al igual que en el caso de la población adulta, un estilo de vida inadecuado, caracterizado por la mala alimentación, con raciones más grandes y con más calorías, la poca actividad y el sedentarismo, son las causas "pero dramatizadas" de esta situación entre estos jóvenes, agravadas por "los videojuegos y las horas de televisión que están propiciando esto".

En este aumento de grasas y calorías, detalla Bellido, no influye tanto la genética como la epigenética, que es la adaptación del genoma a estas alteraciones del entorno que configuran ese cambio en el aprovechamiento calórico, así como la microbiota, el conjunto de microorganismos del cuerpo humano, porque la mala alimentación configura cambios negativos en ellos.

Según este endocrino, la obesidad, igual que la diabetes o la hipertensión, "debe ser considerada una enfermedad y además hay que dedicarle tiempo, porque no todos los obesos son iguales". Lo importante no es el peso sino la grasa, es decir, hay que estudiar el porcentaje grasa y su estadiaje, la extensión y gravedad de la enfermedad.

"No es lo mismo un gordito feliz que otro con complicaciones diversas en el ámbito motor o metabólico", añade, y asegura que ya se registran beneficios metabólicos tras perder un 5% de peso.

Para frenar el avance de la obesidad en España, continúa Bellido, habría que establecer decálogos e iniciativas importantes, entre otras las que pasan por adaptar los entornos a las personas. "En una ciudad adaptada a las personas hay menos obesos", sostiene este endocrino, que pone como ejemplo ciudades del centro de Europa donde mucha gente se mueve en bicicleta.

En opinión de este especialista, "no hay sensibilización acerca de un entorno de ciudad saludable que es absolutamente necesario, pues en sitios donde se han diseñado planes importantes de estrategias poblacionales este tema es en el que más se incide".

Comer sano es otro de los ejes, hasta el punto que se está estudiando si "la gente que hace dieta mediterránea se muere menos", apunta Bellido, y aunque hay obesos que prefieren ponerse una válvula gástrica que a dieta, la mejor estrategia a nivel social no es tanto la alimentación como el ejercicio físico.