Como cada año, la Federación de Asociaciones Provinciales de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas (Fesdiga) vuelve a pedir a los ayuntamientos que pongan en marcha un plan de prevención para poner freno a las fiestas navideñas, especialmente las de Fin de Año, ilegales que se celebran en sus municipios. "Además de ser una competencia desleal que afecta a puestos de empleo, suponen también un riesgo porque carecen de planes de seguridad y evacuación y de salidas de emergencia", subrayó ayer Samuel Pousada, presidente de Fesdiga que volvió a reclamar la implicación de las administraciones pero también apeló al "sentido común y responsabilidad de la juventud" para que no acudan a fiestas ilegales que no cumplen con la normativa de espectáculos. "Son bombas de relojería que representan un grave peligro para sus vidas", alertó.

Pousada hizo hincapié en lo sucedido en el Madrid Arena "con la muerte de muchas personas" y aunque en Galicia no se ha producido ninguna situación de peligro hizo un llamamiento a la responsabilidad. Por ello, Fesdiga remitió a más de 70 ayuntamientos de la comunidad gallega reclamaciones para que pongan en marcha planes preventivos y para que no sean quienes fomenten las fiestas ilegales con la cesión de espacios al aire libre o locales municipales.

"Lo pedimos con la suficiente antelación para que se puedan tomar medidas porque siempre es mejor prevenir y a estas alturas las fiestas legales ya se conocen porque ya han tenido que presentar la solicitud, los planes de seguridad y recibido los vistos buenos correspondientes para poder realizarse", remarcó Samuel Pousada, que considera que falta "voluntad" por parte de muchos ayuntamientos para "cumplir la ley". "No pedimos nada extraordinario, tan sólo que se cumpla la ley", remarcó para recordar de nuevo que "una labor preventiva es mucho más efectiva que las sanciones".

420 fiestas ilegales en 2016

El empresario lamenta que la mayoría de las administraciones "ni siquiera nos contestan" pero aseguró que seguirán presentando año tras año la misma reclamación. "Las fiestas ilegales se han reducido por la crisis que también nos ha afectado a nosotros y a muchos de nuestros asociados las fiestas navideñas les permiten salvar un año de pérdidas, y estamos hablando de puestos de trabajo y de empresas que cotizan y que cumplen con la ley", insistió Pousada.

El año pasado Fesdiga denunció que en la comunidad gallega hubo 420 fiestas ilegales, el 90 por ciento de ellas en Fin de Año. En 2015, mientras tanto, alertaron de que se celebraron 350.