El 12,2% de los estudiantes universitarios gallegos que empieza una carrera la acaba dejando (el primer año el 8%) para intentar probar suerte con otra titulación, un porcentaje similar, aunque ligeramente inferior, que el registrado en el Estado (12,5%). No obstante, hay titulaciones menos absorbentes que otras. Bien sea por su dificultad o, como especuló en uno de sus informes el Ejecutivo central, por ser menos vocacionales, algunos grados registran más bajas.

En el caso de la comunidad gallega, y por ámbito de estudio, liberarían la lista de titulaciones que más plantan los alumnos para reconducir su formación hacia otro ámbito las relacionadas con las ciencias e informática, con un 18,2% de inscritos que abandonan para canalizarse a otros títulos, el triple que los que cursan grados de salud y servicios sociales, donde toma esa decisión el 6,3%.

En este grupo sanitario se encuadra, por ejemplo, el grado de Medicina, uno de los más itinerarios académicos más asociados a la vocación y a la vez a una exigencia muy elevada en cuanto a nota de ingreso. Esta carrera, de seis años, se caracteriza por ostentar el récord, por abajo, de matriculados que reconsidera su futuro: solo lo hace un 4,4%, mientras que en el extremo contrario se sitúan, como las denomina el Ejecutivo central, "otras ciencias sociales y del comportamiento" (Sociología, Antropología...), en las que el porcentaje de los que desisten para pasar a tantear otros grados multiplica por cinco (22,2%) al registrado entre los aspirantes a médicos. Otras carreras concretas que son grandes víctimas de la mudanza de ánimo de sus inscritos, al desistir uno de cada cinco matriculados, son las Ciencias Físicas, Químicas y Geológicas (21,9% de tasa de cambio) y las Lenguas (20,2%). Aunque no llegan a ese extremo, el dato también supera el 15% en el ámbito genérico de Artes y Humanidades (16%), en el grado de Derecho (15,4%), los de Ciencias de la Vida (19,7%), los de Matemáticas y Estadística (18,1%) y las Ingenierías (15,8%).

Lo que muestran los datos recopilados por Educación es que las universitarias gallegas son más leales a la titulación elegida que sus compañeros. Al menos, así lo indica la tasa de cambio -el porcentaje de estudiantes de una cohorte de nuevo ingreso matriculados en un título en concreto que no se ha matriculado en ese título durante dos cursos seguidos, no se ha graduado, y se ha inscrito en algún otro grado-. Si el dato general es del 12,2%, entre ellas es de un 10,6% y, entre ellos, de un 14,3%.

Así ocurre en casi todos los ámbitos académicos analizados en la estadística ministerial. Por ejemplo, en ciencias de la salud y servicios sociales, el dato de las alumnas es del 5,9% y el de ellos, del 7,6%. En concreto en Medicina es más exagerado: el de alumnas es la mitad (3,2%) que el de los chicos (6,8%). Hay un par de excepciones en las grandes categorías: los estudios de ciencias e informática, donde ellas llegan hasta el 19,4% frente a 17,4% entre los varones y los de Servicios -Deportes, Turismo y Hostelería- (10,6% frente a 6,4%).

El cambio de idea no se registra solo en el primer año. Aunque la mayor parte de las bajas en general y de la promoción 2010-2011, la analizada, se producen entonces (ocho de cada cien), un 2,6% de los inscritos se replantea su futuro tras reincidir un segundo curso y un 1,6% el tercer año, de ahí el 12,2% de tasa de cambio de estudio global.

Hay que tener en cuenta que tres de cada cuatro estudiantes logra acceder a la titulación que pidió de primera en sus preferencias, la que querían estudiar, pero en casi una veintena de grados en Galicia más de la mitad de los inscritos son jóvenes que no se matricularon en él como primera alternativa, es decir, que de haber podido, habría preferido hacer otra cosa y en algún caso espera hacerla cuando pueda, lo que puede justificar parte de los que se cambian. No todos los que plantan estudios cambian de carrera; una parte de ellos abandonan la universidad. La tasa de abandono de estudios alcanzó en Galicia en la promoción 2010-2011 un 25,6%.