Desplazarse a Alemania a buscar un coche de segunda mano de 3.000 euros y regresar con 1,2 millones. Así le ha sonreído la fortuna a una familia de bateeiros de A Illa de Arousa, agraciada con tres décimos del Gordo que compraron en el bar Cascudo, en Vilalba, en su viaje de regreso del país germano. "Paramos allí a comer y cogimos el número que tenían en la taberna. Aún no me lo puedo creer; es una sensación rara", comenta uno de los vecinos a los que ayer sorprendió la Lotería de Navidad cuando volvía de la batea. Jugaron los boletos a partes iguales los cuatro hermanos y su padre, por lo que repartirán los 1,2 millones de euros.

Para celebrar el premio, la familia se reunió ayer a mediodía a comer en el restaurante de unos primos, donde los vecinos que por allí pasaban no dudaban en felicitar a los afortunados. Aunque admiten que los 200.000 euros que les ha tocado por casa no les "quitará de trabajar", la vida se mira de una forma más tranquila, comenzando a pensar en qué invertir el dinero.

El menor de los hermanos, que vive en un piso pequeño, quiere empezar a hacer una casa, otro construirá un garaje en su vivienda y los demás todavía no lo tienen demasiado claro. No descartan hacer alguna reforma y "también ayudará a la empresa a salir a flote", comenta Ramón Dios, uno de los hermanos y expresidente de la Asociación de Mexilloeiros da Illa de Arousa. Él, uno de sus hijos y su hermano Fernando fueron los que viajaron a Alemania a buscar el coche, y por tanto los que trajeron la suerte a su familia. "Nos tocó de casualidad. Fue el azar porque no elegimos ningún número en concreto", confiesa.

Como cada día, ayer madrugó para irse a las 06.00 horas a la batea. Al regresar a casa encendió la televisión y escuchó que el Gordo había caído en Vilalba y de inmediato llamó por teléfono a sus hermanos. Por si acaso. Y, el número 71198 era el que habían comprado. Les habían tocado 1,2 millones de euros (400.000 por décimo). Salió de casa y fue a la playa a buscar a su mujer, que trabaja como mariscadora, para darle la gran noticia.

Su hermano Fernando se enteró por la radio, también al acabar de trabajar. "Escuché que tocara en Vilalba y llamé a mi padre. Me dijo que iba a mirar y a los diez minutos me devolvió la llamada. No me lo creía, fue una gran sorpresa", dice. "Supongo que mañana ya me lo creeré", apostilla.

Además de Ramón y Fernando Dios, también han sido agraciados con el Gordo de Navidad sus hermanos Ricardo y América, así como su padre, de nombre también Ricardo.

Toda la familia vive del mar, pues los tres varones son bateeiros, como su padre -ahora jubilado-, y su hermana, mariscadora. Cada uno tiene dos hijos.