Expertos gallegos en trastornos de conducta mantienen posturas desiguales. Hay quien entiende que los videojuegos forman parte de una tendencia de adicción en nuevas tecnologías y quienes creen, como Fernando Ferrere, que "ya tardaban". "Hoy en día todo, absolutamente todo, puede convertirse en un trastorno, haciendo un mal uso", a lo que el educador especializado en problemas de conducta ofrece una solución: "educación, educación y más educación". "No sirve de nada tener de todo si no sabes hacer un buen uso", reflexiona. Aún así, Ferrere sitúa este trastorno dentro de la generalidad de las adicciones al móvil, o las nuevas tecnologías en general. Mientras la adicción al smartphone sigue sin llegar a la lista, ya que no habría evidencia suficiente para incorporarlos.

Recientemente, uno de los expertos de mayor pegada a nivel de España en adicciones sin sustancia, el catedrático Enrique Echeburúa aseguró que "lo que caracteriza a una adicción, sea química o no, es la pérdida de control de la persona, que no es capaz de parar, y la interferencia grave en su vida cotidiana". Es decir, según el estudiosos, "si esa persona empieza a preferir tener una relación online que una presencial con sus amigos, comienza a tener problemas con los estudios, se encierra en su habitación o ya no quiere comer con su familia, eso denota existencia de una adicción".

El texto sobre trastornos asociados a los videojuegos que la Organización Mundial de la Salud incluirá en la Clasificación Internacional de Enfermedades no ha sido redactado en su totalidad, por lo que habrá que seguir con atención cómo evoluciona esta actualización de los trastornos incluidos dentro de los problemas de salud mental que será publicada en 2018.