El consumo abusivo de alcohol entre los jóvenes constituye uno de los principales problemas sociosanitarios de España. Especialistas en el fenómeno como el profesor de la Universidade de Santiago Antonio Rial Boubeta no se cansan de repetirlo y avalan la afirmación con números que intimidan, como que unos 10.000 menores gallegos de 12 a 15 años, es decir, en edad pediátrica, recalca, realizan un consumo de riesgo del alcohol. Lo han detectado con un test aplicado en sus encuestas a estudiantes de 12 a 18 años en Galicia que revela cuando hay problemas "incipientes" con la ingesta de la sustancia preferida, por cifra de usuarios, entre los adolescentes europeos.

A algunos incluso les queda grande lo de adolescente, porque, según el estudio coordinado por Rial Boubeta y realizado por la Unidade de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la Universidade de Santiago, esos positivos que alertan de el consumo no es cosa de un día, enfatiza el experto, sino que "tontean" de forma "peligrosa" con la sustancia, incluyen unos 1.200 niños de 12 y 13 años, edades donde el consumo problemático atañe a casi el 3%. Después, con 14 y 15 años, la situación se agrava, ya que uno de cada cinco adolescentes (en realidad más, un 22%) "empezarían a mostrar problemas con el alcohol".

Respecto al papel del botellón, las encuestas coordinadas por Rial Boubeta revelan que esta práctica comienza a edades "muy tempranas". Hasta el punto, explica, de que un 4% de los niños de 12 a 13 años gallegos -unos 1.600- participó en esos encuentros en el último año. Si los datos se ciñen al mes previo a la encuesta, el porcentaje baja al 1%, pero aun así implica que 400 niños y niñas de 12 y 13 años frecuentan una práctica que, según los expertos, "constituye claramente un factor de riesgo a muchos niveles". Por ejemplo, en el último año casi el 30% de los adolescentes se subieron a un coche con un conductor ebrio -unos 40.000 chicos-, y unos 9.000 tuvieron sexo sin protección por haber bebido alcohol.

Rial Boubeta advierte sobre la edad de inicio, con un 70% antes de los 15 años. Cuanto antes comienzan a consumir alcohol, mayor es la probabilidad de que desarrollen un patrón de riesgo, una "dependencia", explica, y también la probabilidad de policonsumo. Además, añade, los efectos de la sustancia a nivel cerebral son "devastadores" a esas edades.

Todos estos datos justifican, explica, que el consumo de alcohol entre los jóvenes se considere el principal problema de salud pública. ¿Y qué solución hay? Este científico recalca que "no hay una vacuna contra las borracheras" y que la clave está en "hacer prevención". Porque es "normal", sostiene, que los adolescentes prueben nuevas experiencias, pero no, señala, "que salgan con 14 o 15 años hasta las 8.00 de la mañana y con 50 euros en el bolsillo".

Dado que es un problema de salud pública, incide, "requiere una respuesta como comunidad". En esa línea señala que la ley gallega de prevención del consumo de alcohol en menores, de 2010, que demanda esfuerzos integrales y complementarios a nivel familiar, educativo y sanitario, es "magnífica", tanto como el modelo islandés, solo que hay que cumplirla. En este ámbito, por ejemplo, se dice que los profesionales de atención primaria tienen un papel más activo en la detección precoz y el consejo breve y apunta que las revisiones realizadas a los niños a los 12 y a los 14 años podrían incluir este aspecto. Es un contexto "perfecto", opina, porque están los niños y sus padres.