Aunque siempre han generado cierta polémica, hay coincidencia en que actualmente ya no se juzga de manera tan negativa a quien los lleva en su cuerpo, lo que no excluye que siga existiendo un cierto rechazo entre la población en general.

Lo cierto es que el tema resulta complejo. Al temor por la aceptación social (especialmente laboral, pues en muchas empresas no se aceptan bien a las personas tatuadas) se unen los riesgos sanitarios que el proceso implica. Ninguno es desdeñable y la decisión de tatuarse o no debe ser tomada conociendo todos los factores.

El proceso de tatuado no es complicado, pero sí desconocido en muchos casos. Para realizar el tatuaje se emplea normalmente una máquina que utiliza agujas desechables que inyectan tinta en la dermis (capa inferior de la piel) siguiendo el diseño elegido por el consumidor e ideado por el tatuador. Se aplica en esa capa más interna porque así se evita la pérdida de la tinta que se ocasionaría en capas superiores de la piel. Esta penetración provoca que sea muy complicado eliminarlo una vez realizado, porque la tinta incrustada permanece durante mucho tiempo.

En relación con la salud, es importante elegir un centro que cumpla todas las garantías sanitarias para evitar los numerosos problemas que su mala aplicación genera. Además, el tatuaje por sí mismo puede provocar alteraciones como cicatrices o queloides y reacciones alérgicas (que pueden resultar complicadas de tratar) incluso años después de su realización.

Entre los problemas más habituales que se presentan al realizar un tatuaje, destacaría que:

-Si las medidas higiénicas no son las adecuadas podemos contraer enfermedades (como la hepatitis o el tétanos) con la punción sistemática que realiza la aguja empleada por el tatuador. Es importante que utilicen artículos nuevos con cada cliente y que nos aseguremos de que no los reutilicen sobre nuestra piel. También deben garantizarnos que todo está limpio y desinfectado (las superficies, el propio tatuador, etc...). Tienen que realizarse con las manos muy limpias y cubiertas con guantes de látex desechables. Además, es fundamental que nos indiquen cómo debemos cuidarlo una vez lleguemos a nuestra casa para evitar infecciones. En la actualidad se cuida mucho el proceso, por lo que el riesgo se ha reducido hasta ser prácticamente nulo.

-Aunque es raro, un tatuaje puede provocar reacciones alérgicas debido a los metales que contiene la tinta (especialmente el mercurio y el níquel por su potencial alergénico). Se produce una inflamación permanente y exudado, especialmente con el color rojo

-En la zona más negra del tatuaje, al someterse a una resonancia magnética existe el riesgo de quemaduras debido a la concentración de óxido de hierro. Los electrones del pigmento se mueven por el campo magnético de la resonancia generando una corriente eléctrica que calienta los tejidos hasta temperaturas muy elevadas

-Cuidado especial con el sol porque, al incidir sobre la tinta del tatuaje, pueden aparecer reacciones adversas como hinchazón, picores, enrojecimiento de la piel, etc... También se ha comprobado que puede cambiar el color de la tinta, lo que constituye un signo inequívoco de que algo va mal.

-Si se ubica en la zona lumbar baja podría complicarse la administración de anestesia epidural debido al riesgo de arrastre de pigmento al canal medular

-Debe evitarse el pecho y el vientre si planeas tener hijos

-No debe realizarse sobre lunares porque se complicaría su análisis en caso de problemas futuros generados por el propio lunar. Se complica el estudio de patologías asociadas y su prevención

-Los colorantes (amarillos, rojos, azules, etc...) contienen pigmentos que pueden liberar compuestos (como las aminas aromáticas) vinculadas a la aparición de ciertos tipos de cáncer. Se recomienda evitar su utilización

Plantéate que es muy difícil eliminar un tatuaje permanente y que, de conseguirlo, suele quedar una cicatriz. Piensa bien lo que quieres hacer antes de tatuarte porque, de momento, no existe un método completamente inocuo para hacerlo desaparecer. Lo que sí se ha desarrollado es una nueva gama de tintas biodegradables menos tóxicas y fáciles de eliminar que las tradicionales, pero resultan más caras.