El Papa pidió ayer perdón por los casos de abusos sexuales de la Iglesia durante el primer discurso público de su viaje a Chile, realizado en el Palacio de La Moneda y en compañía de la presidenta del país, Michelle Bachellet. "No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia", señaló Francisco, que llega al país en medio de investigaciones de la fiscalía chilena contra religiosos maristas y críticas por la situación de un obispo al que acusan de encubrir abusos de un popular sacerdote de la diócesis de Santiago.

De este modo, el Pontífice quiso unirse a sus "hermanos" en el episcopado chileno. "Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", enfatizó el Papa, que arrancó con sus palabras los aplausos del auditorio.

El Pontífice participó en una ceremonia protocolaria en la que fue recibido con honores por la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet Jeria, que cederá en los próximos meses el cargo a su sucesor Sebastián Piñera después de que este ganara las pasadas elecciones presidenciales. La pasada semana, el portavoz del Vaticano, Greg Burke, dejó la puerta abierta a que el Papa cambiase en el último momento la agenda de su sexto viaje a América Latina para reunirse en privado con algunas víctimas de abusos sexuales.

Pero para las víctimas, pedir perdón "no es suficiente". "Necesitamos actos concretos que el Papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores", dijo Juan Carlos Claret, portavoz de la asociación de laicos de Osorno, que lucha por que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima. Barros coofició la misa con Francisco, desatando la ira en Twitter. "El Papa pide perdón, pero el encubridor de Karadima está en la misa del Parque O'Higgins, mientras que a las víctimas no las quiso recibir", dice Víctor Pacheco en un tuit. "Si el Papa se va de Chile sin el compromiso de investigar la complicidad de los líderes de la Iglesia, la desconfianza con la Iglesia se va a agudizar", dice Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability.

El Papa se encuentra de visita en el país más crítico de América Latina con la Iglesia católica y en pleno cambio social: acaba de aprobar el aborto terapéutico y tramita en el Parlamento el matrimonio homosexual tras la adopción de la unión civil de parejas del mismo sexo y la una ley de identidad de género. "Debemos superar las desigualdades que aún nos atraviesan, asegurar el bienestar de todos/as, debemos fortalecer nuestra cultura de la solidaridad, exigirle más a nuestra ética cívica, política y económica, debemos acoger mejor nuestras diversidades", recordó la presidenta Bachelet.

Francisco aprovechó también su alocución para poner en valor el papel de las comunidades indígenas, como los mapuches, que durante años han luchado en Chile para recuperar al menos una parte de su territorio ancestral. "La sabiduría de los pueblos originarios puede ser un gran aporte. De ellos podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que dé la espalda a la tierra y a todo y a todos los que la rodean", señaló el Pontífice argentino.