Durante meses al caso Diana Quer lo acompañaron más dudas que certezas, hasta que la entrada de una empresa gallega logró arrojar luz sobre el caso. Se trata de ISV-Consultores y Reconstrucciones de Accidentes. Tras meses de investigación y de repaso milimétrico de la calzada y las imágenes, la firma logró descifrar qué vehículo se escondía detrás de la grabación de la cámara de la gasolinera de la AG-11. Era el Alfa Romeo plateado que José Enrique Abuín, El Chicle, utilizó durante la fatídica noche del 22 de agosto de 2016.

La ya de por sí ardua tarea de convertir el destello de luz captado en plena noche en una de las pruebas incriminatorias que ahora pesan sobre el acusado, alcanzó otra dimensión por las necesidades de adaptación al caso. "Nosotros desarrollamos un software propio de fotogrametría para hacer este tipo de trabajos, pero decidimos no utilizarlo en esta ocasión", comenta Marcos Pérez, uno de los dos socios de la firma gallega. "Planteamos el trabajo con programas de tratamiento de imagen gratuitos. Nos iba a costar un poco más hacerlo, pero tenía que ser así porque temíamos que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) tuvieran que replicar el trabajo", explica Pérez.

ISV-Consultores alcanza ahora el momento de mayor proyección justo cuando supera la década de su andadura en solitario. Fue en el año 2007, cuando la firma se escindió de la Universidade de Vigo. Y es que hasta entonces las labore de reconstrucción de accidentes se realizaban al calor del grupo de investigación CIMA del centro olívico. "Te diría que llevamos trabajando en esto desde casi siempre", comenta José Antonio Sabucedo, socio de la empresa gallega. "Llevo en esto desde el año 84 porque antes de empezar con ISV-Consultores trabaja en la división de tráfico del grupo CIMA, que dirigía José Antonio Vilán, que luego llegó a vicerrector", recuerda Sabucedo.

Las décadas de investigaciones al abrigo de la Universidade de Vigo dotaron al equipo de las habilidades necesarias para resolver casos a los que solo llegan otro puñado de firmas. "Solo hay otras dos empresas en toda España que se dediquen de manera exclusiva, como hacemos nosotros, a la reconstrucción de accidentes".

Es por ello que la empresa canaliza un volumen de periciales cada vez mayor. Y no solo eso. Cuando no es el juez el que llama a las puertas de ISV-Consultores, son policías que solicitan su asesoramiento para resolver otros casos de menor complejidad. "Es algo habitual que nos pregunten sobre cálculos de velocidad o para que los orientemos en determinados casos", señala Pérez.

La compañía gallega, además de estas esporádicas colaboraciones, tienen tejida una relación más estrecha a través de sus particulares aulas. "Forma parte del ADN de la compañía el dar formación", comenta Pérez, que recuerda cómo desde sus inicios, la firma ha logrado ampliar cada vez más su área de influencia. "Empezábamos estas actividades en la propia Universidad y, en un comienzo, dábamos formación a otros peritos".

Desde entonces, cuerpos de policía de casi toda la península se han empapado del método de trabajo de estos dos investigadores. "A la policía de Vigo se les dieron 90 horas en tres años. Hemos dado clases también a la policía de Gandía, a la de Valencia, Salamanca, Burgos, etc.", explica Pérez.

De mayor duración son los cursos que la compañía exporta al exterior. A lo largo de unos tres años, el equipo del ejército de Tierra español pasó por las aulas de ISV-Consultores para dotarse de la formación necesaria para resolver todo tipo de accidentes por su propia iniciativa. "Hay un problema de competencias cuando están en el exterior y necesitan ser capaces de hallar las claves ellos mismos", argumenta Sabucedo.