La soledad es una epidemia silenciosa que ya supera a la obesidad como amenaza para la salud. Así lo ponen de manifiestos diferentes estudios científicos, que añaden que la conexión social puede reducir en un cincuenta por ciento la muerte prematura. Para intentar poner freno a este nuevo reto social y sanitario, Reino Unido ha creado la primera secretaría de Estado para la soledad, mientras que en España, el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés, adelantaba este pasado viernes la presentación, en las próximas semanas, de un proyecto para ayudar a las personas mayores que viven solas para "romper la barrera de la soledad".

La soledad en Reino Unido es un problema que ha alcanzado niveles alarmantes. De aquí la creación de un departamento con competencias en las políticas relacionadas con este mal. Según un informe del Gobierno de Theresa May, nueve millones de británicos, especialmente personas mayores, padecen este mal, y hasta 200.000 no han tenido una conversación con un amigo o un familiar en más de un mes.

En España parece que el problema de la soledad no es tan acuciante. De momento. Según la última encuesta del Imserso, de 2010, solo 16% de las personas mayores viven solas, lo que representa cerca de un millón y medio de individuos. A pesar de esto, es fundamental acometer medidas que den respuesta a este y otros retos asociados a la longevidad humana, especialmente en Galicia, donde los mayores de 65 años ya representan la cuarta parte de la población. Así lo advierte Miguel Ángel Vázquez Vázquez, presidente de la Sociedad Galega de Xeriatría e Xerontoloxía (SGXX), quien añade que el envejecimiento va a cambiar la estructura social.

"¿Qué va a pasar aquí? ¿Cómo vamos a resolver esto? Seguimos dándole la espalda a realidades que son muy testarudas y en Galicia tenemos un gran problema. Somos una de la regiones más envejecidas del mundo y urge adoptar medidas que nos permita adaptarnos a este nuevo reto porque el envejecimiento es un factor que va a modificar todas las estructuras sociales", sostiene.

Vázquez aplaude la decisión del Gobierno británico en cuanto a que demuestra su preocupación hacia las emociones de sus ciudadanos, aunque advierte de que un gobierno por sí solo no puede resolver este problema. "El riesgo que le veo a este tipo de acciones es que la población pretenda convertir un problema de todos en un problema del Gobierno, cuando no lo es. Un gobierno puede promover iniciativas, establecer medidas y poner recursos sobre la mesa, pero no puede resolver el problema de la soledad de sus ciudadanos. Este lo tienen que resolver sus ciudadanos", asegura. En este sentido, Vázquez aboga por fomentar las redes de vecindad, algo que aún se mantiene en el rural gallego, aunque no tanto en las ciudades. En su opinión, la soledad es responsabilidad de la ciudadanía, que debe cambiar el enfoque de su forma de vida. "Igual que enseño educación vial a mis hijos, tendría que enseñarles en temas de soledad", apunta Vázquez.

El presidente de la SGXX recuerda que la soledad, entendida como aislamiento social, está relacionada con la aparición de problemas de salud mental, como estrés y depresión, y físicos, como hipertensión. "Incluso se ha estudiado la asociación de las relaciones sociales y la aparición de tumores porque se sabe que la conexión social es un elemento de calidad de vida", añade el especialista gallego, que participó, invitado por la OMS, en un grupo de trabajo que están desarrollando indicadores de medida del impacto del envejecimiento en los sistemas de salud, entre los que se encuentra, precisamente, vivir solo. "Lo que una sociedad no puede permitirse es que una persona muera sola en su casa. Tal vez habría que buscar una fórmula entre las residencias actuales y vivir solo para determinados casos", apunta. Según el experto gallego, en Galicia no se dan los índices de soledad de los que alerta el estudio británico. "Según el Imserso, solo el 11% de los mayores refieren sentirse solos y somos uno los países de la UE en el que las personas mayores declaran tener un mayor número de contactos con familiares y amigos", afirma. Según el referido informe del Imserso, el 68% de los mayores declara mantener un contacto diario con sus hijos y un 37%, con sus nietos.

Sin embargo, Vázquez alerta de que teniendo en cuenta que cada vez son más los núcleos familiares monoparentales, el número de personas que se sienten solas podría ir en aumento. "Pero no debemos olvidar que la soledad es un sentimiento personal que no se puede cuantificar, y que tampoco es exclusivo de las personas mayores. Muchos jóvenes también aseguran sentirse solos", alerta.