Al menos cien niños han muerto en España desde el año 2012 en contextos de violencia, ya fuera la ejercida contra sus madres (36%), por el maltrato o el abandono de quienes debían protegerles, como consecuencia de la presión del acoso escolar o como resultado de una situación de abusos sexuales. Son la cima de miles de casos silentes, un fenómeno que no cuenta con una ley específica que garantice la protección de los más débiles, según denunció ayer Save The Children que acaba de poner en marcha la campaña Los últimos 100 para alertar sobre este tema.

La falta de visibilidad, aseguran, es el primer hándicap. "No conocemos la dimensión exacta del problema", lamentan desde esta entidad, donde reivindican que el punto de partida sean "estudios y análisis para dimensionar el problema". A partir de ahí, una ley que responda a la casuística con medidas de prevención, protección y reparación, sostienen.