El papa Francisco ha aprobado una nueva Constitución Apostólica sobre las universidades eclesiásticas, que actualiza la promulgada por Juan Pablo II hace 39 años, para "relanzar" los estudios eclesiásticos hacia "una transformación misionera de una Iglesia en salida" y en la que contempla la posibilidad de que refugiados y solicitantes de asilo que no dispongan de los documentos exigidos puedan acceder a las facultades eclesiásticas. En la introducción de Veritatis Gaudium, el papa Francisco señala que, después de casi cuarenta años, "hoy es urgente y necesaria una oportuna revisión y actualización" de la Constitución aprobada por Juan Pablo II para "incorporar las disposiciones normas emanadas luego".

El Concilio Vaticano II en su decreto Optatam totius ya recomendó una revisión fiel y creativa de los estudios eclesiásticos -algo a lo que respondió la Constitución ahora revisada- y subrayaba que los alumnos debían acostumbrarse "a superar las fronteras de su propia diócesis, nación o rito y ayudar a las necesidades de toda la Iglesia, con el ánimo dispuesto a predicar el Evangelio por todas partes". "Ha llegado el momento en el que los estudios eclesiásticos reciban esa renovación sabia y valiente que se requiere para una transformación misionera de una Iglesia en salida", subraya Bergoglio en el preámbulo del documento publicado ayer por la Santa Sede. Estos estudios, según puntualiza, constituyen "un laboratorio cultural providencial, en el que la Iglesia se ejercita en la interpretación de la realidad que brota del acontecimiento de Jesucristo".