Las enmiendas presentadas por el Partido Popular, tan solo cuatro, no cambian en nada la reforma de una ley que ha suscitado un amplio rechazo. Partidos políticos de la oposición, sindicatos, trabajadores del Sergas, plataformas de defensa de la sanidad pública y hasta los colegios médicos expresaron en mayor o menor medida su disconformidad con la nueva norma impulsada por la Xunta.

Hubo manifestaciones locales contra la reforma y el pasado domingo se juntaron en Santiago varios miles de personas para trasladar su rechazo a la nueva ley porque, a su juicio, promueve la privatización del sistema sanitario, deja en manos de las empresas la innovación médica y conlleva el "desmantelamiento" de los hospitales comarcales, dado que reduce de once a siete las áreas sanitarias en que se divide la comunidad autónoma.