Un total de 433 niños entre 14 y 17 años fueron detenidos o investigados por la comisión de delitos contra la libertad sexual en 2016 -último dato oficial disponible-, un 16,1% más que el año anterior; y de ellos, 70 fueron acusados de agresiones sexuales con penetración y 20 de corromper a otros menores o personas con discapacidad.

La Fiscalía de Menores en Jaén archivó ayer y remitió a la entidad competente de la Junta de Andalucía el caso del menor de 9 años supuestamente violado por otros compañeros en un centro escolar de la comarca de Cazorla (Jaén), ya que los presuntos agresores son menores de 14 años y por lo tanto son inimputables judicialmente. La Fiscalía de Menores ha adoptado esta decisión tras constatar que por la edad no se les puede exigir responsabilidad a los cuatro presuntos agresores y, por tanto, no pueden ser juzgados ni tampoco aplicar sobre ellos medidas de índole judicial. Será la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía como entidad competente en protección de menores la que decida sobre su futuro. Asimismo, se ha apuntado que, para protección del menor víctima de la supuesta agresión sexual, se ha derivado al Servicio de Asistencia a Víctimas en Andalucía, donde podrá recibir atención especializada de psicólogos, juristas y asistentes sociales.

Son datos del Ministerio del Interior que reflejan cómo la cifra de menores de edad acusados de estos delitos se ha mantenido más o menos estable en el último lustro: 331 detenidos o investigados en 2012; 433 en el año 2013, 401 en 2014, 373 en 2015 y los 433 del año 2016. Sin embargo, en el desglose por tipos de delito contra la libertad sexual se observa que los detenidos o investigados menores de edad por violaciones -agresión con penetración- han pasado de 60 en 2012 a 70 en 2016. Los acusados de corromper a otros menores subieron de 15 a 20 en el mismo periodo y quienes lo fueron por pornografía infantil se duplicaron, pasando de 10 a 24.

Para el psicólogo y exdefensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, una posible explicación de este incremento de agresiones por parte de menores podría estar en el hecho de que "se está perdiendo algo esencial: la ternura, el afecto y la compasión" en los niños. "Además de falta de ternura, de sensibilidad, de compasión, tampoco tienen un gran sentimiento de culpa", explica Urra.