El autismo vive rodeado de falsos mitos. Para muchos, quienes padecen algún trastorno de este tipo son personas aisladas, que no hablan , no terminarán sus estudios y ni mucho menos podrán trabajar en el futuro. Nada que ver con la realidad de la mayoría de afectados. El escritor Francesc Marzó, la gestora cultural Carmen Molina, el músico y youtuber Daniel Jonas o el astrónomo y astrofísico Francisco A. Violat son un ejemplo. Todos padecen síndrome de Asperger y han desarrollado una carrera profesional de éxito. Ellos serán los protagonistas de la jornada Benvido ao espectro, que organiza hoy la Asociación Galega de Asperger (Asperga) y la Fundación Autismo Galicia en la Cidade da Cultura de Santiago, con el objetivo de visibilizar y normalizar los trastornos de espectro autista a través de testimonios en primera persona. "Son unas jornadas pioneras. El autismo comenzó a diagnosticarse en España en los 70 y el Asperger en los 80. Es ahora cuando hay adultos diagnosticados y muy preparados que pueden explicar el autismo por dentro, cómo funciona su cerebro y esto puede ayudar a comprender a los investigadores cosas que ellos no ven", señala Carmen Molina.

El Asperger, que padecen entre tres y siete niños por cada mil nacimientos, se caracteriza porque los afectados presentan dificultades en la comunicación e interacción social ya que tienen problemas para comprender las reglas sociales, el lenguaje no verbal o reconocer cuando alguien habla en broma o con ironía. "Lo que la mayoría de la población aprende de forma intuitiva como pueden ser los roles en el ámbito social o ciertos rituales como que a tu madre le das un beso pero a un director o un gerente igual le das la mano, las personas con Asperger tenemos que aprenderlo, ser conscientes de ello y eso, a veces, hace ralentizar las cosas", explica Carmen Molina, quien asegura que lo que se les enseña en terapia y en el aula debe luego ponerse en práctica en el mundo real para que no surjan problemas. "Sino puede ocurrir que alguien con Asperger aprenda que la cara de alguien que llora expresa tristeza cuando también puede ser que llore de alegría", señala esta experta en gestión cultural quien reconoce que cuando no se dota a los afectados de herramientas para "salir al mundo" se puede producir un "fracaso cada vez que quieres comunicar algo y eso termina por hacer que se aíslen". "Porque es un mito que el autista quiera estar aislado", sostiene.

Falta de información

Molina descubrió que tenía síndrome de Asperger cuando superaba los 50 años y el astrofísico Francisco A. Violat apenas unos años antes. Los afectados consideran que aún falta información sobre los trastornos de espectro autista. "Hay que dejar claro que el autismo es una forma de estar en la vida, no una enfermedad y por tanto no hay que curarla sino dotar a estas personas de herramientas para que se manejen en una sociedad que es muy diferente a como el autista la percibe pero ocurre lo mismo con una persona que no ve o que no oye", indica Carmen Molina. Eso sí, ven avances en la visibilización. "En los últimos cinco o seis años hay una mayor visibilización e incluso en muchas series como S herlock Holmes o Big Bang Theory hay personajes con Asperger", indica Violat.

Ahora toca, aseguran, concienciar a las familias para que ayuden a sus hijos a manejarse en la sociedad pero sin caer en la "sobreprotección" y el "infantilismo". "De nada sirve que estén sobreprotegidos durante sus estudios si no los entrenamos para cuando finalicen salir al mundo", indica Molina, una idea que comparte Violat: "Tenerlos en una campana de cristal es mal asunto, tienen que cometer errores, hay que hablar con ellos de sexualidad, etc.".

Hoy cinco personas con Asperger intentarán poner su granito de arena y a través de su propia experiencia resolver dudas de las familias y sobre todo normalizar los trastornos de espectro autista.