Jesús López Cobos colaboraba de manera habitual con la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG) desde el año 2000. La última vez que se puso al frente de la formación fue hace apenas doce meses, en marzo de 2017, con el concierto para clarinete número 1 de Weber -con Juan Ferrer en el clarinete- y la Sinfonía alpina de Strauss. Durante los ensayos para los dos conciertos con los que, sin saberlo, se despidió del público coruñés, López Cobos tuvo que hacer frente a las carencias en el mantenimiento del Palacio de la Ópera, que afectaban a filtraciones, goteras y otros problemas en el equipamiento.

En entrevista en el programa Hoy por hoy de Radio Coruña, el insigne director de fama internacional abogaba por dotar a la Sinfónica, en su 25 aniversario, de una sala donde pudiese desarrollar su labor con todas sus posibilidades. Para López Cobos la formación musical gallega era "una de las mejores orquestas del país" con una calidad y un prestigio que, a su juicio, no estaban de acuerdo con la sala en la que estaba trabajando.