El punto de inflexión se produjo cuando se rompió el compromiso de crear plazas para que investigadores con casi veinte años de trayectoria pudiesen dar salida a sus proyectos. Aunque sí salieron algunas plazas, no fueron suficientes para todos aquellos que habían puesto su perspectiva de futuro en las líneas que venían desarrollando tanto en España como en sus estancias fuera, según recuerdan los propios investigadores.

"Con la convocatoria Isidro Parga Pondal de la Xunta, para doctores con cierta experiencia, si cumplías la evaluación final se ofertaba la plaza", explica Ezequiel Álvarez. "No se sacaron las plazas esperadas y hubo gente que ya no tuvo opción", cuenta el investigador.

A Álvarez la ruptura del compromiso con los Parga Pondal le pilló con 38 años y recién estrenada su paternidad. "Se rompió el compromiso de continuidad que había hasta ese momento y a partir de ahí todo se complicó", cuenta Álvarez, natural de León y afincado en Galicia desde hace muchos años. Desde siempre, desde la facultad, se centró en la investigación de nuevas salidas para la prevención y la curación de la hipertensión, el infarto cardiovascular y el cerebral (ictus).

"Cuando más productivo puedes ser pasan de ti", contaba Ezequiel en 2012. Tuvo la suerte de conseguir un contrato temporal en una fundación dependiente del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

En su caso, consiguió quedarse en el grupo de Cardiología en el que investigaba y continuar con su trabajo. Si bien, según cuenta, el escenario no es el mismo. Desde 2013 su puesto de trabajo se financia a través de los proyectos que captan. "Es una especie de autocontratación. Con el dinero de los proyectos que conseguimos fui ampliando mi contratación en el grupo", expresa Álvarez.

Comenta que no es la situación ideal. "Quedarme fuera de la universidad en su momento fue como una especie de vía muerta", añade. Asegura que le sirve para mantenerse un tiempo, de hecho ya han pasado casi siete años desde el problema de la continuidad, que saltó a los medios de comunicación.

Cuando Álvarez se para a reflexionar expresa que no ve perspectiva de futuro, al menos no aquella que imaginó tantas veces. "Siempre trabajé en el ámbito de la cardiología. Empezar de cero en otra cosa sería difícil", indica.